El Espectador | Venezuela: A días de apagarse totalmente
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Solo uno de los tres grandes transformadores que surten de energía a los 23 estados de ese país está en funcionamiento y amenaza con colapsar. Rusia y China quieren ayudar, pero quienes tienen la tecnología para ese tipo de instrumentos son EEUU y Alemania.
El último apagón que vivió Venezuela, la semana pasada, no sorprendió a nadie. Desde el 7 de marzo de este año, cuando el país quedó a oscuras durante más de 72 horas, 31 millones de venezolanos han tenido que soportar cuatro cortes de energía masivos. Y aunque los ciudadanos han terminado por adaptarse a las graves circunstancias de su país, lo cierto es que lo que hay detrás de estos apagones es gravísimo y puede dejar en los próximos días al país sin luz por un buen tiempo. Sin exagerar, Venezuela puede perder la poca luz que le queda en cuestión de horas.
Según la fuente, que oculta su identidad por motivos de seguridad, el 7 de marzo se disparó una alarma de sobrecalentamiento en los tres transformadores. Dos dejaron de funcionar, pero uno resistió la falla. Para evitar su explosión se tuvo que cortar la transmisión de energía. “Ese transformador está disminuyendo su generación de energía y puede dejar de funcionar en cualquier momento. Si no se resuelve la situación estado por estado, el país entero se puede apagar por más de 39 días o hasta que se tengan los transformadores de recambio”, aseguró el funcionario.
Esta información refuerza la teoría del desgaste de la central hidroeléctrica, en parte, por falta de mantenimiento y porque un solo generador tuvo que asumir la carga que tenían tres aparatos. Sin embargo, también es consecuencia de un proceso histórico lleno de errores gerenciales y entramados de corrupción que hoy tienen al país en jaque. De hecho, desde hace años se advirtió que la infraestructura energética venezolana colapsaría, pero el gobierno hizo caso omiso.
Pero el diagnóstico empeora. El ministro de Energía Eléctrica y presidente de Corpoelec, Igor Gavidia, aseguró que el plan de racionamiento, que se aplica desde el pasado 1° de abril, podría prolongarse hasta por un año.
Su declaración no cayó bien dentro de las organizaciones venezolanas de trabajadores. Alexis Rodríguez, directivo de la Federación de Trabajadores de la Industria Eléctrica (Fetraelec), aseguró que un anuncio “tan impreciso y con un plazo tan amplio revela que el gobierno no tiene un diagnóstico real de la situación y desconoce cómo resolverlo”. Agregó que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) no cuenta ni con los equipos ni con los proveedores internacionales necesarios para paliar la crisis.
El exceso de información que rodea el tema vuelve todo confuso. Desde adentro surge la pregunta de por qué el régimen de Nicolás Maduro, contando con el apoyo y la avanzada tecnología de los chinos y los rusos, no ha podido arreglar el problema.
El testimonio de otra fuente cercana al ministro Gavidia, al cual tuvo acceso El Espectador, confirmó que actualmente no existen piezas de recambio para los transformadores y que solo hay tres empresas capaces de conseguirlas: Alstom Power (Estados Unidos), Andritz (Austria) y el Grupo ABB (Alemania). El problema es que, según la fuente, ninguno de estos países está dispuesto a ayudar a Maduro.
Eso explicaría por qué los rusos y los chinos no pueden hacer nada al respecto. De hecho, Rodríguez, de Fetraelec, aseguró que buscar su ayuda es difícil, pues nuestros equipos poseen otros niveles de tensión y otras características”. Según la fuente cercana al Ministerio, uno de los planes que se baraja dentro del círculo de Maduro es hacer una reconversión de los sistemas para poder utilizar su tecnología, pero esto tomaría más de 30 días. Y no se sabe si el transformador que todavía funciona, resista.
La otra opción que estaría sobre la mesa es poner a funcionar todas las plantas que dejaron de hacerlo hace unos años, un proceso que tardaría un mes y medio. A esto se debería el largo plazo del racionamiento anunciado por el Gobierno.
En declaraciones a El Espectador, Marco Hernández, exdirector de Comunicación e Información del Ministerio de Justicia venezolano (2013-2014) y exjefe de prensa de la central termoeléctrica Plantacentro (2003) señaló: “Dos transformadores se dañaron y en vez de implementar una administración de carga quisieron prenderlos de un solo golpe. Pero el Guri, que le da luz a todo el país, no podría resistir, es que son 10.000 megavatios”.
Además, agregó: “La termoeléctrica más grande, que es Plantacentro, puede producir 2.000 megavatios, y por lo tanto puede darle luz a todo el centro del país. Si estuvieran produciendo Plantacentro y Tacoa, no tendrían que meterle al Guri esa cantidad de megavatios. Le estarías metiendo los 6.000 necesarios y ya. Los transformadores y la líneas estarían bien”.
¿Una causa histórica?
El gobierno de Nicolás Maduro aseguró que los problemas de Venezuela se debían a un ataque cibernético en el que participaron Colombia y Chile, movidos tras bambalinas por Donald Trump. El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, rechazó tal acusación y aseguró que con esto Miraflores solo busca “confundir a la opinión pública”. Por otra parte, diferentes fuentes locales coinciden en lo mismo: el problema viene desde hace años arrastrado por la corrupción interna del país.
Sin embargo, “Rafael Ramírez, entonces ministro de Energía y Petróleo, se encargó de destruir el proceso de Cogestión, y logró que Hugo Chávez sacara a los obreros de la junta directiva de Cadafe, dejándole la vía libre a la corrupción de Ramírez y su viceministro Nervis Villalobos. No hubo inversión, Chávez inauguraba termogeneradoras y era puro engaño. La generación se vino al suelo y solo el Guri sostenía la electricidad en el país”.
Según el exfuncionario de Plantacentro, desde entonces, los sindicatos y la Federación Eléctrica se dedicaron a denunciar la corrupción. “De pronto se convirtieron en los enemigos, en los traidores. Ellos lo venían advirtiendo”, lo que coincide con Alexis Rodríguez, quien señaló que no se escuchó a los trabajadores, a los especialistas ni a los medios de comunicación”.
Caos en el país
En gran parte del país actualmente se vive caos. Por los fallos del servicio eléctrico se vieron afectadas las comunicaciones, el transporte, los comercios y el suministro de agua, que poco a poco se ha ido regularizando, pero que aún presenta problemas en varias regiones.
Y es que el 60 % de la población -de 31 millones- depende del bombeo al estar sus ciudades a mayor altura que los embalses. Este proceso requiere “enormes cantidades de electricidad para el arranque y luego para mantenerlos en funcionamiento”, señaló José Aguilar, consultor de energía y riesgo.
Por su parte, María Valero, ama de casa de 79 años que vive en Caracas, aseguró a este diario que los problemas se ven en todas sus tareas diarias, desde lavar ropa hasta cocinar: “Aquí, si no hay luz no hay nada. Desde hace tres o cuatro días no tenemos agua, que depende de la luz para llegar”.
Carmen Díaz, abogada de 50 años que también se encuentra en Caracas, remató: “La situación se vive terrible, porque los constantes apagones hacen que las personas vivan en una constante zozobra y, encima de todo, la situación más grave es que se están dañado los electrodomésticos por las altas y bajas de la energía y, con la economía así de mal, pocos pueden reponerlos”.
Información del Espectador de Colombia