El entrañable personaje de Nintendo vuelve recargado en Switch - 800Noticias
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Kirby es uno de los personajes más entrañables de la historia de los videojuegos. Es, básicamente, una pelota rosa con una sonrisa adorable. Pero es además una saga muy importante en la historia de Nintendo, tanto por sus orígenes como por su filosofía de diseño. Kirby and the Forgotten Land, la nueva entrega en Switch, nos recuerda que una mecánica muy simple puede ser muy efectiva: tragar enemigos y copiar sus habilidades para pasar de nivel.

Kirby nació en 1992 como un juego de Game Boy, la icónica consola portátil de Nintendo, con un propósito: ser un juego accesible, de apenas cinco niveles, para los que no estaban familiarizados con los videojuegos.

Hoy, 2022, este adorable personaje tiene su primer juego en 3D en Nintendo Switch, la exitosa consola de la compañía japonesa que ya vendió más de 103 millones de unidades.

 

Creado por el diseñador Masahiro Sakurai (actualmente conocido por la saga Super Smash Bros.), durante el desarrollo usó un círculo como maqueta (lo que se conoce como “placeholder”), que finalmente terminó convenciendo al equipo de trabajo. Sólo hacía falta ponerle cara, manos y pies.

Y una habilidad: Kirby puede absorber a sus enemigos y adquirir sus propiedades.

Con esa simple idea, que pocos videojuegos han recreado como leitmotiv, Kirby se ganó el corazón de millones de videojugadores en todo el mundo.

En sus 30 años de historia y 35 juegos en los que apareció, el salto al 3D es un paso importante en una saga cuidada celosamente por Nintendo: Kirby and the Forgotten Land recuerda a este simpático personaje en su máxima expresión.

Y lo mejora.

Kirby: ¿una aspiradora o un abogado?

Kirby fue diseñado por Sakurai cuando apenas tenía 19 años. Su aspecto inicial comenzó siendo una gota, para luego transformarse en un círculo que más tarde alcanzaría su forma final, pero que en un comienzo era simplemente un boceto para poder diseñar los niveles.

La tarea que se le había encargado a Sakurai, que por aquel entonces trabajaba en el estudio HAL Laboratories, fue la de hacer un juego para principiantes en Game Boy.

Por esto Kirby puede volar: para quienes tenían dificultades con los plataformeros como Mario, la aventura de esta pelota rosa era más simple.

A pesar de que el origen de su nombre es incierto, hay dos teorías igual de convincentes. Por un lado, una marca de aspiradoras de Ohio, EEUU, llamada Kirby, no sería una estimación errada para hacer una analogía con su habilidad.

Pero hay otra versión que dice que está inspirado en John Kirby, el abogado que le salvó el pellejo a Nintendo en 1984, durante el juicio que Universal Studios le hizo a la compañía japonesa por presunto plagio de King Kong. Cuenta la leyenda que cuando el juego estuvo terminado, Nintendo se lo envió al letrado por mail, quien no pudo contener su risa al ver que le habían dedicado un videojuego.

Lo cierto es que Sakurai mismo aseguró que no recuerda de dónde salió el nombre, con lo cual, estas dos son apenas versiones no confirmadas.

El primer juego de la saga, Kirby’s Dream Land, no tenía la mecánica de copiar las habilidades de los enemigos. Se trataba de un juego simple sin muchas complicaciones, donde sí podíamos tragar a los personajes y escupirlos, pero no replicar sus acciones.

Fue Kirby’s Adventure, publicado en NES un año después, el juego en el cual HAL Laboratory sumó una capa de complejidad para los jugadores más experimentados. Con gráficos avanzados para la generación de los 8 bits, el juego fue un éxito que empezó a cosechar lo que su antecesor de Game Boy había sembrado.

De allí en adelante, este tierno personaje pasó por todas las plataformas: Game Boy, NES, Super Nintendo, Nintendo 64, Gamecube, DS, Wii, Wii U, 3DS y ahora llega a Switch.

Kirby y la tierra olvidada

La nueva entrega de Kirby cumple con la premisa básica de la saga: un juego simple, fácil -incluso en su modo “wild”- que sirve como iniciación. Pero con una vuelta de tuerca: ahora Kirby puede tragar no sólo enemigos, sino también objetos.

Cuando el juego fue anunciado, las redes sociales se inundaron de memes con Kirby luego de tragarse un auto, una escalera o hasta objetos inesperados como una tubería.

Y esto es lo que aparece una y otra vez, en una entrega con una historia que se va desenvolviendo a medida que avanzamos. Simple, pero efectiva.

Lo más importante del juego es que la mecánica principal funciona a la perfección, como siempre: copiar las habilidades de los enemigos se siente muy bien en un mundo en tres dimensiones, pero se suma el plus de los objetos que es tan divertido como, por momentos, desopilante.

Con 7 mundos en total, cada uno con distintos niveles y un jefe final, el juego se pasa volando entre los simpáticos personajes que Kirby tiene que recuperar para poblar la Ciudad de los Waddle Dees, el punto central (hub) de descanso al que podemos volver entre aventura y aventura para mejorar las habilidades de Kirby y conseguir otras mejoras.

Lo interesante de Kirby es que es un juego simple y fácil, pero por diseño: en su propia estructura está su baja complejidad, acompañada de un nuevo “twist” que hace todo más divertido.

Desde que fue concebido por Sakurai en 1992, pasando por 35 juegos en total, hasta llegar a Kirby and the Forgotten Land, la saga respeta la norma de no hacer las cosas demasiado complicadas pero sí plantear a la diversión del jugador como prioridad.

Y, como suele pensar los juegos Nintendo, con una filosofía que aparece siempre: poner a la experiencia del jugador por delante de todo, repitiendo mecánicas pero, en cada nueva entrega, modificadas.

Manejar a este adorable personaje nunca fue tan divertido como en Kirby and the Forgotten Land.

Por Clarín

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