El discurso de un joven sentenciado por proponer protestas pacíficas en Rusia
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Yegor Zhukov, es un estudiante universitario ruso acusado de «extremismo» por promover la protesta pacífica en su país desde su canal de Youtube.
El joven fue sentenciado por una corte de Moscú a tres años de libertad condicional en los que no podrá hacer publicaciones en Internet.
En la corte, Zhukov pronunció un discurso sobre el autoritarismo.
A continuación el discurso:
«Esta audiencia judicial se preocupa principalmente por las palabras y sus significados. Hemos discutido oraciones específicas, las sutilezas de la redacción, diferentes posibles interpretaciones, y espero que hayamos logrado mostrar a la honorable corte que no soy un extremista, ni desde el punto de vista lingüístico ni desde el punto de vista del sentido común. Pero ahora me gustaría hablar sobre algunas cosas que son más básicas que el significado de las palabras. Me gustaría hablar sobre por qué hice lo que hice, especialmente porque el perito judicial me dio su opinión sobre esto. Me gustaría hablar sobre mis profundos y verdaderos motivos. Las cosas que me motivaron retomar la política. Las razones por las cuales, entre otras cosas, grabé videos para mi blog.
Pero primero quiero decir esto. El Estado ruso dice ser el último protector de los valores tradicionales en el mundo. Nos dicen que el Estado dedica bastantes recursos para proteger a la institución de la familia y el patriotismo. También nos dicen que el valor tradicional más importante es la fe cristiana. Su señoría, yo creo que esto, de hecho, podría ser algo bueno. La ética cristiana incluye dos valores que considero centrales para mí. Primero, responsabilidad. El cristianismo se basa en la historia de una persona que se atrevió a asumir el peso del mundo. Es la historia de una persona que aceptó la responsabilidad de ese mundo en el sentido más grande posible. En esencia, el concepto central de la religión cristina es el concepto de responsabilidad individual.
El segundo valor es el amor. ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’ es la oración más importante de la fe cristiana. El amor es confianza, empatía, humanidad, ayuda mutua y cuidado. Una sociedad construida en tal amor es una sociedad fuerte –probablemente la más fuerte de todas las sociedades.
Para entender por qué hice lo que hice, todo lo que tienes que hacer es ver cómo el Estado ruso, que orgullosamente dice defender estos valores, actúa en realidad. Antes de que hablemos sobre responsabilidad, tenemos que considerar cuál es la ética de una persona responsable. ¿Cuáles son las palabras que un individuo responsable se repite a sí mismo a lo largo de su vida? Yo creo que estas palabras son ‘recuerda que tu camino será difícil, a veces insoportable. Todos tus seres queridos morirán. Todos tus planes se volverán lamentables. Te traicionarán y abandonarán. Y no puedes escapar de la muerte. La vida es sufrimiento. Acéptala. Pero una vez que la aceptes, una vez que aceptes el inexorable sufrimiento, debes igual aceptar tu cruz y seguir tu sueño, porque de lo contrario las cosas solo se pondrán peor. Sé un ejemplo, sé alguien de quien otros puedan depender. No obedezcas déspotas, lucha por la libertad de tu cuerpo y alma, y construye un país en el cual tus hijos puedan ser felices’.
¿Es esto realmente lo que nos enseñan? ¿Es esto realmente la ética que los niños absorben en la escuela? ¿Son estos los tipos de héroes que honramos? No. Nuestra sociedad, como está actualmente constituida, reprime cualquier posibilidad de evolución humana. [Menos del] 10% de rusos poseen el 90% de las riquezas del país. Algunos de estos individuos adinerados son, por supuesto, ciudadanos completamente decentes, pero la mayor parte de estas riquezas no son acumuladas a través de un trabajo honesto que beneficie a la humanidad, sino simplemente a través de la corrupción.
Una barrera impenetrable divide nuestra sociedad en dos. Todo el dinero se concentra en la parte superior y nadie de allá arriba va a soltarlo. Todo lo que queda abajo –y esto no es una exageración- es desesperanza. Saber que no hay nada a lo que aspirar, que, sin importar qué tanto lo intenten, no pueden darse felicidad a sí mismos ni a su familia; los hombres rusos pagan su agresión con sus esposas o beben hasta morir o se ahorcan. Rusia tiene la [segunda] mayor tasa de suicidios masculinos. Como resultado, un tercio de todas las familias rusas son madres solteras con sus hijos. Me gustaría saber: ¿así es cómo estamos protegiendo a la institución de la familia?
Miron Fyodorov [un rapero conocido como Oxxxymiron], quien estuvo en muchas de mis audiencias, ha observado que el alcohol es más barato que un libro en ruso. El Estado está empujando a los rusos a que tomen una decisión entre responsabilidad e irresponsabilidad, favoreciendo lo último.
Ahora me gustaría hablar sobre amor. El amor es imposible sin confianza. La confianza real se forma como una acción común. La acción común es una rareza en un país donde pocas personas se sienten responsables. Y donde hay acción común, los guardianes del Estado inmediatamente lo ven como una amenaza. No importa lo que hagas –si estás ayudando reclusos, hablando sobre derechos humanos o peleando por el medio ambiente- tarde o temprano te van a tildar de ‘agente extremo’ o simplemente te encarcelarán. El mensaje del Estado es claro: ‘Regresa a tu madriguera y no participes en acción común. Si vemos a más de dos personas juntas en la calle, te encarcelamos por protestar. Si trabajan juntos en asuntos sociales, te daremos el status de “agente extremo”’. ¿De dónde puede venir la confianza en un país así y dónde puede crecer el amor? No hablo de amor romántico sino del amor a la humanidad.
La única política social que persigue el Estado ruso constantemente es la política de atomización. El Estado nos deshumaniza en los ojos del otro. En los ojos del Estado, dejamos de ser humanos hace mucho tiempo. De lo contrario, ¿por qué trataría a sus ciudadanos la manera que lo hace? ¿Por qué puntúa su trato a la gente con palizas diarias, torturas en prisión, inacción ante una epidemia de VIH, el cierre de escuelas y hospitales y así sucesivamente?
Veámonos en el espejo. ¿Dejamos que nos hagan esto y en quién nos hemos convertido? Nos hemos convertido en una nación que ha desaprendido responsabilidad. Nos hemos convertido en una nación que ha desaprendido amor. Más de doscientos años atrás, Alexander Radishchev [reconocido como el primer escritor político ruso], mientras viajaba de St. Petersburg a Moscú, escribió: ‘Miré a mi alrededor, y mi alma estaba herida por sufrimiento humano. Luego miré dentro de mí, y vi que los problemas del hombre vienen del hombre mismo’. ¿Dónde están este tipo de personas hoy? ¿Dónde están las personas cuyos corazones duelen tanto por lo que está pasando en nuestro país? ¿Por qué quedan apenas algunas personas así?
Resulta que la única institución tradicional que el Estado ruso realmente respeta y protege es la institución de la autocracia. La autocracia apunta a destruir a cualquiera que realmente quiera trabajar para el beneficio de la patria, quien no tenga miedo a amar y asumir responsabilidades. Como resultado, nuestros atormentados ciudadanos han tenido que aprender que serán castigados por tener iniciativa, que el jefe siempre tendrá la razón solo por ser el jefe, que la felicidad está al alcance, pero no de ellos. Y después de aprender esto, ellos han empezado a gradualmente desaparecer. Según la autoridad estadística del Estado, los rusos están desvaneciéndose lentamente, a un índice de 400.000 personas al año. [El número de muertes superó a la natalidad por casi 200.000 en los primeros seis meses del año 2019]. No puedes ver a la gente detrás de las estadísticas. ¡Pero trata de verlas! Esta es la gente que está bebiendo hasta morir por impotencia, la gente que se congela hasta morir en hospitales sin calefacción, la gente que es asesinadas por otros y aquellos que se suicidan. Estas son las personas. Gente como tú y yo.
A este punto, está probablemente clara por qué hice lo que hice. Realmente quiero ver estas dos cualidades —responsabilidad y amor— en mis queridos compatriotas. La responsabilidad por uno mismo, por el prójimo, por el país. Mi deseo, tu honor, es otra de las razones por las cuales no pude haber llamado a la violencia. La violencia genera impunidad, la cual genera irresponsabilidad. Y asimismo, la violencia no genera amor. Aun así, a pesar de los obstáculos, no tengo dudas de que mi deseo se volverá realidad. Estoy mirando el futuro, más allá de las barreras del tiempo, y veo a una Rusia llena de gente responsable, de gente que ama. Será un lugar verdaderamente feliz. Quiero que todos imaginen a Rusia así. Y espero que esta imagen pueda llevarlos a su trabajo como me ha llevado al mío.
En conclusión, me gustaría establecer que si la corte decide que estas palabras las dice un verdadero criminal peligroso, los siguientes años de mi vida serán marcados por depravación y adversidad. Pero miro a la gente [quienes han sido encarcelados en la última ola de arrestos activistas] y veo sonrisas en sus caras. Dos personas que he conocido brevemente durante mi detención preventiva, Lyosha Minyaylo y Danya Konon, nunca se quejaron. Trataré de seguir su ejemplo. Voy a esforzarme por alegrarme de tener esta oportunidad —la oportunidad de ser juzgado en el nombre de los valores que tanto estimo—. Al final, su señoría, mientras más aterrador sea mi futuro, más grande es la sonrisa con la cual lo mire. Gracias».