El coronavirus llega a la triple frontera de Brasil, Colombia y Perú - 800Noticias
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EFE

El coronavirus ya está presente en la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, uno de los puntos más recónditos de la Amazonía, con casos de COVID-19 reportados por los tres países en todas las orillas del río Amazonas, donde el acatamiento de medidas de contención como la cuarentena es prácticamente nulo.

Así lo advirtió este miércoles la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) del Perú, que teme que el descontrol en esta remota región provoque el contagio de los ticunas y los yaguas, los dos pueblos nativos que tradicionalmente han habitado este espacio fronterizo de la selva amazónica.

«Estamos muy preocupados por su cercanía a nuestras comunidades, ya que hay dos contagiados por el lado peruano, cuatro en Leticia (Colombia) y once en Tabatinga (Brasil)», informó el presidente de la Federación de Comunidades Ticuna y Yaguas del Bajo Amazonas (Fecotyba), Francisco Cayetano.

«A pesar de este peligro las comunidades y los foráneos no respetan la cuarentena (en la ribera peruana) y salen a comprar víveres a Tabatinga y Leticia. Los ticuna corremos un gran riesgo», añadió.

TRÁNSITO DESCONTROLADO

Los dos infectados con coronavirus en el lado peruano están en Santa Rosa de Yavarí, una pequeña aldea ubicada en una isla en medio del río Amazonas, justo frente a Leticia y Tabatinga.

La ORPIO denunció que actualmente no hay control policial ni militar en el Amazonas, por lo que las embarcaciones particulares siguen navegando con absoluta normalidad, e incluso se adentran en territorios de las comunidades indígenas con personas foráneas, asegura la Fecotyba.

«Estamos seguros de que las personas foráneas nos pueden infectar y eso nos va a traer muchas consecuencias, porque aquí en la frontera no contamos con nadie. No hay medicina ni alimentos. Esta situación será un caos total», anticipó Cayetano.

El líder de los ticunas peruanos reclamó «medidas urgentes antes de que se propague el virus en las comunidades», cuyo acceso a los servicios de salud es muy limitado.

En caso de contraer el coronavirus, los nativos deberían acudir al Hospital de Caballococha, ubicado a unas siete horas en bote desde las comunidades más alejadas.

HOSPITALES DESABASTECIDOS

Sin embargo, este nosocomio se encuentra actualmente cerrado y solo atiende emergencias pero, según la ORPIO, su personal tampoco cuenta con los elementos de seguridad suficientes para atender casos de COVID-19.

La sensación de desprotección y vulnerabilidad de los ticuna es aún mayor incluso tras conocer la renuncia masiva de personal sanitario acontecida el lunes en el Hospital San Rafael de Leticia, en Colombia, por no contar con artículos de bioseguridad, equipos, protocolos y garantía de pago para el tratamiento de casos de COVID-19.

En total fueron una veintena de médicos generales y especialistas colombianos, pero los ticuna temen que también se den episodios similares tanto en el Hospital de Santa Rosa de Yavarí como en el centro de salud de Caballococha.

«Hacemos un llamado a las autoridades y las organizaciones internacionales a que nos apoyen con mascarillas, gel de alcohol, jabón y todo material de desinfección para protegernos, ya que los hospitales más cercanos se encuentran abandonados y desprotegidos», solicitó Cayetano.

«Específicamente pedimos que nos ayuden para dotar de bioseguridad a las postas porque en el centro de salud de Caballococha no contamos con esos materiales», apuntó.

POBLACIÓN VULNERABLE

Precisamente las grandes confederaciones de indígenas amazónicos reclamaron el martes en un comunicado conjunto una mayor protección y cuidado para prevenir y combatir el coronavirus en sus poblaciones pro su mayor grado de vulnerabilidad para hacer frente a esta pandemia.

A pesar de que Perú fue el primer país de Latinoamérica en decretar la cuarentena general y obligatoria el 16 de marzo cuando apenas había registrados 71 casos, el virus SARS-CoV-2 ha seguido extendiéndose entre la población y está a punto de desbordar su frágil y fragmentado sistema sanitario tras infectar a más de 17.000 personas en apenas cinco semanas, de las que 445 han muerto.

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