El chavismo honra en capilla ardiente a Alí Rodríguez, exsecretario de la OPEP
EFE
El chavismo gobernante honró en capilla ardiente al que fuera embajador de Venezuela en Cuba y exsecretario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Alí Rodríguez Araque, quien falleció en La Habana hace dos días.
El presidente Nicolás Maduro entregó de manera póstuma a Rodríguez Araque la réplica del sable del prócer de la independencia Rafael Urdaneta, al tiempo que hizo guardia de honor junto a su féretro, acompañado del jefe de la oficialista Asamblea Constituyente, Diosdado Cabello.
Maduro dijo al ofrecer un discurso en la Casa Amarilla, sede del servicio de exteriores de Venezuela y donde se oficia la capilla ardiente, que Rodríguez Araque fue «un venezolano especial», mientras defendió su «legado» al frente de la Opep, cuando bajo su conducción el cártel trabajó en el repunte del precio del crudo en 2002.
«Ha sido el mejor secretario general que la Opep haya tenido en casi sus 60 años de historia, dejó huella, dejó doctrina, dejó ejemplo. Hablar de Alí Rodríguez en los países de la Opep es hablar de un grande, de un gigante», señaló.
Alí Rodríguez falleció el pasado lunes en La Habana, donde se desempeñaba desde 2014 como embajador venezolano.
Durante las décadas de los años 1960 y 1970 tomó las armas e intentó derrocar el sistema bipartidista que imperaba en Venezuela y que había marginado a las agrupaciones de corte comunista.
Conocido como el «comandante Fausto», abandonó las armas a principios de 1980, pero mantuvo desde el Parlamento sus acentuadas críticas a los gobiernos de los partidos Acción Democrática y Copei, que se alternaron en el poder por los primeros 40 años de la era democrática venezolana.
Con el ascenso a la presidencia del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), Rodríguez Araque finalmente obtiene cargos en el Ejecutivo venezolano.
Durante los gobiernos de Chávez, cuya intentona golpista apoyó, Rodríguez Araque ocupó las carteras de energía y minas, exteriores, economía y electricidad.
Además, fue el secretario general de la Opep entre enero de 2001 y junio de 2002, y conductor de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en el periodo comprendido entre 2012 y 2014.
En el seno del chavismo era considerado un experto en materia petrolera -de la cual escribió varios libros- y ocupó la presidencia de la estatal Pdvsa durante la huelga que ocurrió entre 2002 y 2003, y que terminó con el despido de casi 20.000 trabajadores.