El Catatumbo es un «desastre» por abandono del Estado, dice Salud Hernández - 800Noticias
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EFE

La región colombiana del Catatumbo, que tiene frontera con Venezuela, es un «desastre» por el abandono del Estado durante décadas, dijo este lunes a Efe la periodista española Salud Hernández-Mora, que estuvo seis días secuestrada en esa región por la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN).

«Es un desastre, es un abandono total del Estado, es una indiferencia», aseguró la periodista, quien conoce bien esa parte del departamento de Norte de Santander porque ha estado allí muchas veces haciendo trabajos periodísticos.

En su más reciente visita a la región fue secuestrada el pasado 21 de mayo por el ELN cuando estaba en la localidad de El Tarra, y dejada en libertad seis días después, al igual que los periodistas Diego D’Pablos y Carlos Melo, de Noticias RCN, que habían corrido la misma suerte cuando fueron a informar sobre su caso.

En su descripción, el Catatumbo carece de todo, pues las carreteras «son trochas», las condiciones en las escuelas «son infames», «la educación es mala», los políticos «se roban la plata», «los niños tienen pocas oportunidades y las tentaciones para irse a raspar (cosechar hoja de coca) y conseguir dinero son muy altas, y hay un embarazo juvenil muy preocupante».

Según Hernández-Mora, el Catatumbo que abarca nueve municipios, «es una región muy bella, preciosa, con una riqueza hídrica impresionante, montañosa, muy montañosa (…), tiene muchos ríos, selvas», pero por su posición geográfica, en la frontera con Venezuela, es un territorio disputado por diversos grupos armados ilegales.

Es la única región de Colombia donde operan los grupos guerrilleros FARC, ELN y un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL), conocidos como «los pelusos», así como bandas criminales dedicadas al narcotráfico, un factor desestabilizador de la zona.

«En esa parte del Catatumbo conviven los tres grupos (FARC, ELN y EPL), están ahí los tres, hay alguna zona que de pronto es más de uno que de otro, pero los otros pasan, eso es lo malo para la población», explicó en la entrevista con Efe.

La periodista contó que las tres guerrillas «tienen contactos, están los tres juntos (…) se saludan, se respetan y se conocen, conviven».

De la misma manera, hay «muchísimos cultivos de coca (…) mucha coca, mucho laboratorio» y el hecho de ser fronterizo con Venezuela hace del Catatumbo un punto estratégico para los grupos armados al margen de la ley.

Esa ubicación «también es una desgracia» porque es un lugar de paso. Los habitantes «están acostumbrados a convivir con grupos armados; por ahí pasaron los paramilitares, cometieron masacres espantosas», recuerda.

La periodista señaló que en el Catatumbo «desconfían absolutamente de las autoridades, es decir, para ellos el Ejército y la Policía no existen, no los quieren en absoluto, no hay justicia (…) si uno tiene un problema lo que acude es a alguno de los grupos para que se resuelva, mejor siempre las FARC que ELN; para ellos los más peligrosos con los ‘pelusos'».

Esas condiciones hacen que el Catatumbo viva de una «economía ilegal» en la que el cultivo y procesamiento de la coca es el motor de toda actividad, razón por la cual el Estado prácticamente no existe.

«Como tú estás viviendo de la coca y necesitas productos para procesarla, pasarla de una manera ilegal, estás viviendo en el mundo de la ilegalidad y necesitas ilegales que te protejan, tú nunca vas a poder estar en manos del Estado porque tu economía es ilegal», apuntó.

Por eso, la periodista, que es columnista del periódico bogotano El Tiempo y corresponsal de diario español El Mundo, considera que el plan social y de seguridad para el Catatumbo anunciado el pasado sábado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, no solucionará nada.

«Y el presidente cree, como todos, que ahora lo que va a hacer es tomarse el Catatumbo. Primero, ni se lo va a tomar, lo que van a hacer es morir soldados con francotiradores o con campos minados, y la miseria va a seguir a igual», opina.

Hernández-Mora cree que «mandando helicópteros sin ton ni son, sin ninguna estrategia» no se resuelve nada, pues con «improvisación (…) eso va a seguir igual, y lo que se necesita para recuperar el Catatumbo son programas de largo plazo con la participación de «líderes que hay allí que tienen predicamento entre la gente».

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