El canal de Twitter arruinó viaje sorpresa de Trump a Irak
EFE
La visita del presidente de EE.UU., Donald Trump, a las tropas de su país en Irak se convirtió en un secreto a voces en Twitter, donde el silencio inusual del mandatario disparó las especulaciones de aficionados a la aviación, que incluso fotografiaron al mítico «Air Force One» en su trayecto.
Twitter, el medio preferido por Trump para expresar diariamente sus opiniones, críticas o salir en defensa de su gestión le jugó una mala pasada al gobernante, cuyo secreto quedó al descubierto mucho antes de que llegara a su inesperado destino.
Aun cuando en Washington se advertían ciertas señales de la ausencia presidencial, como la falta de agenda oficial o del marine apostado en el Ala Oeste de la Casa Blanca como señal de la presencia del jefe de Estado en el Despacho Oval, la inmediatez de las redes estuvo en contra de Trump y del Servicio Secreto.
Las alertas las activaron aficionados a la aviación que notaron la trayectoria por varios lugares de un Boeing VC-25A, uno de los Boeing 747 modificados y que emplean como «Air Force One», según indicaron medios locales.
Y aunque todos los indicios apuntaban a un viaje presidencial, el hecho de que la aeronave estuviera identificada como «RCH358», siglas usadas ocasionalmente para aviones militares de carga, hizo dudar un poco a los inesperados rastreadores aéreos.
Pero fue una instantánea de Alan Meloy, un fotógrafo aficionado y amante de los aviones, la que empezó a desenredar la madeja.
Meloy, un habitante de Sheffield, en Inglaterra, se dejó llevar por su experiencia de 40 años observando aviones y logró capturar con su cámara la imagen de la aeronave que surcaba el aire.
«Sabía que era uno de los dos (Boeing) VC-25», comentó Meloy a la cadena estadounidense CNN, quien publicó la fotografía en su cuenta de Flickr.
El resto fue cuestión de atar cabos. Trump, que había tuiteado copiosamente en los días previos a su salida, no había añadido comentario alguno a su cuenta de Twitter durante al menos nueve horas, ayuno que rompió con un único mensaje en el que confirmaba su visita después de llegar a Irak.
«Melania y yo tuvimos el honor de visitar a nuestras increíbles tropas en la base aérea de Al Asad en Irak. ¡Dios bendiga a los Estados Unidos!», tuiteó Trump, quien adjuntó un video con las principales imágenes de su estadía junto a más de un centenar de soldados estadounidenses.
Ya en declaraciones a los periodistas que lo acompañaron al país árabe, que respetaron el acuerdo con la Casa Blanca de no informar sobre el viaje mientras no lo oficializara el Gobierno, Trump relató que debieron volar «con todas las ventanas cerradas» y «sin luces encendidas».
El mandatario, que admitió haber viajado en aviones de todos los tamaños, aseguró que durante la travesía estuvo preocupado por la primera dama y por la Presidencia, como institución, aunque no por él personalmente.
Ya en tierra, Trump, que usó un traje oscuro con corbata roja y luego lució un chaqueta verde olivo mientras se dirigía a los uniformados, estuvo sonriente posando para fotografías, firmó gorros navideños y estrechó alegremente la mano de los militares.
Melania, vestida con una blusa mostaza, pantalón verde y botas, acompañó a Trump durante su encuentro con el mando castrense, en su saludos a los militares y en la conversación telefónica que sostuvo con el primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi.
Las imágenes de la visita dieron la vuelta al mundo, pero el secreto celosamente guardado por la Presidencia estadounidense ya rondada por la redes mucho antes de que la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, recurriera justamente a Twitter para dar a conocer la sorpresa navideña de Trump.