Ejército de EE UU se refuerza en el Mediterráneo para evitar otro Bengasi
Morón de la Frontera, España | AFP | El día que un grupo de hombres armados irrumpió en el complejo diplomático norteamericano de Bengasi, en Libia, en 2012, Estados Unidos no logró movilizar a tiempo una fuerza de reacción; ahora toma medidas para que no se repita.
Cuando sus tropas estaban por fin listas para efectuar una operación de rescate era ya demasiado tarde: el embajador Chris Stevens y otros tres empleados estadounidenses estaban muertos.
Tres años más tarde, mientras este trágico ataque sigue preocupando en Washington, el Pentágono tomó medidas para que un drama semejante no vuelva a producirse.
El corazón del dispositivo está instalado en una base situada cerca de Morón de la Frontera, en el sur de España, en virtud de un acuerdo de cooperación militar cerrado en junio entre Washington y Madrid y aprobado en septiembre por el Parlamento español.
Estados Unidos puede estacionar aquí hasta 2.200 soldados, en su mayoría Marines y tropas de la US Navy. Actualmente hay unos 800 militares estadounidenses desplegados en esta base española.
En sus hangares se encuentran también varios Osprey MV-22B estadounidenses, aparatos de transporte de tropas a medio camino entre el avión y el helicóptero.
Pese a estar instalado en Europa, este contingente se encuentra bajo el mando de las fuerzas norteamericanas en África y pone su atención en la otra orilla del Mediterráneo.
«En estos momentos, nos concentramos en las embajadas situadas en los países que presentan el mayor riesgo de sufrir una crisis», explicaba a la AFP el coronel Calvert Worth durante una reciente visita del secretario de Defensa, Ashton Carter, a esta base.
«Aquí tenemos fuerzas que pueden operar a la demanda desde Morón para actuar en África del oeste, en el golfo de Guinea o en el norte de África», agrega.
Además del personal estadounidense, las fuerzas armadas de España tienen estacionadas en Morón, a unos 60 km al sureste de Sevilla, a cientos de tropas integradas en dos escuadrones aéreos. Los soldados de ambos países se entrenan juntos.
Demasiado lento
Chris Stevens fue el primer embajador muerto en función desde 1979 cuando el complejo diplomático estadounidense de Bengasi fue atacado el 11 de septiembre de 2012 por decenas de hombres armados que después incendiaron los locales. Stevens y un empleado, Sean Smith, murieron asfixiados.
Responsables norteamericanos advirtieron que el complejo -que no tenía estatuto de consulado- era una presa fácil con una seguridad reducida y que las peticiones de refuerzo habían sido rechazadas pese a la creciente amenaza de Al Qaida.
El Pentágono intentó responder aquel día a un ataque incipiente pero se vio incapacitado por la distancia. Leon Panetta, secretario de Defensa de la época, ordenó el envío de un dron de vigilancia pero el aparato necesitó 90 minutos para llegar al lugar.
También dio la orden a unidades de las fuerzas especiales en Europa de desplazarse hasta una base de la OTAN Sigonella, en Sicilia, para una eventual misión de rescate. Pero sólo llegaron a esa isla del sur de Italia cuando los locales ya habían sido saqueados e incendiados.
Seis horas para desplegarse
El ataque de Bengasi se produjo rápidamente, tomando a Estados Unidos desprevenido. Las tropas estacionadas en Morón tampoco habrían tenido tiempo de intervenir allí, pero el objetivo es ahora posicionar soldados cerca de las zonas sensibles para actuar rápidamente a la más mínima señal de tensiones.
Preposicionarse en bases como las de Morón o Sigonella, además de en África, en particular en Senegal, Ghana y Gabón, debería permitir a los estadounidense responder mejor a situaciones de emergencia.
«En cuanto recibimos la llamada, nuestros pájaros (Osprey significa ‘águila pescadora’ en español) pueden despegar en seis horas», asegura el sargento de los Marines David Bloxham. «Podemos desplegarnos en un perímetro de unas mil millas», unos 1.600 km, agrega.
Esta fuerza de reacción MAGTF ya ha sido activada en varias ocasiones, tres de ellas en 2013, dos en 2014 y una vez este año.
En julio de 2014, los Marines habían sido por ejemplo despegados desde la base de Sigonella para dar apoyo aéreo a la evacuación de la embajada estadounidense de Trípoli. Las tropas no tuvieron que bajar a tierra pero estaban listas para hacerlo.