Egipto activa las alertas por los riesgos en la construcción de una presa en el Nilo - 800Noticias
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EFE

«Crisis», «amenaza a la seguridad nacional», «cuestión de vida o muerte», en esos términos ve Egipto a la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) que Etiopía construye, una preocupación que puede desembocar en una crisis de grandes proporciones en el Nilo, el río más largo del mundo.

La maquinaria diplomática egipcia echa humo. El presidente Abdelfatah al Sisi dio el pistoletazo de salida en la Asamblea General de la ONU, donde advirtió de que el Nilo es una cuestión de «vida o muerte» para Egipto y que si no se negocia una solución conjunta, habrá «repercusiones para la estabilidad regional».

Hoy Al Sisi y el primer ministro etíope, el premio Nobel de la Paz Abiy Ahmed, rebajaron el tono de las últimas semanas pero la controversia por la presa viene de lejos, tanto como desde 2011, y no parece cercana su solución.

construcción de presa en el nilo

LA GRAN PRESA DEL RENACIMIENTO ETÍOPE

Anunciada en 2011 como la mayor presa del continente, Etiopía quiere que la Gran Presa (GERD, en inglés) suponga una fuente de electricidad y garantice recursos hídricos y económicos que ayuden al país a crecer exponencialmente.

El embalse se levanta en el Nilo Azul, que suministra el 65 % del agua al Nilo; tendrá una altura de 145 metros, una capacidad de almacenamiento de 74.000 millones de metros cúbicos de agua y una inversión de unos 4.000 millones de dólares.

En teoría tendrá capacidad para generar 6.000 megavatios de electricidad a través de sus dos turbinas y se espera que empiece a generar electricidad a partir de diciembre de 2020. Con esa capacidad de generación, Etiopía podrá satisfacer sus necesidades energéticas y tener excedente para exportar.

Las autoridades etíopes esperan que la presa esté completa en 2022, según indicó en septiembre el ministro de Agua, Seleshi Bekele.

LA CONTROVERSIA

Desde hace años Egipto, Etiopía y Sudán, el tercer país afectado por el suministro del Nilo, buscan un acuerdo sobre cómo se debe llenar el gigantesco proyecto de ingeniería sin afectar la economía, el caudal del río y la seguridad hidroeléctrica de todos.

Los tres llegaron a un acuerdo en 2015 en que esos puntos debían convenirse «de mutuo acuerdo», pero desde entonces sólo ha habido desavenencias.

Fuentes diplomáticas egipcias indicaron a Efe que Etiopía ha presentado un plan de llenado de la presa por etapas, que no contempla sistemas de corrección o protocolos prefijados en caso de sequía, lo que supone de facto asumir que Etiopía podría dejar secar el Nilo en tal circunstancia.

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Aunque en algunos círculos se habla de que Etiopía querría llenar la presa en 2 o 3 años y que Egipto buscaría un colchón más amplio de entre 7 y 10 años, el problema no está en los años sino en qué pasa si llega una sequía.

«Si no hay ninguna sequía no hay problema con su programa de llenado», indicó una fuente egipcia, subrayando que el problema estaría en qué ocurre si como muestra el registro pluvial histórico eso sucede.

Las fuentes egipcias aseguran que en 2018 Etiopía estaba dispuesto a establecer «niveles críticos de interrupción» del llenado, dejando pendiente de determinar esas referencias.

Sin embargo, en las últimas reuniones a principios de este mes quedó patente la gran distancia entre ambas partes y Etiopía propuso que en caso de sequía se abordara entonces una solución, entendiendo por sequía una disminución de al menos el 95 % del régimen pluvial.

EL ENFADO EGIPCIO

El asunto es capital para Egipto no solo por su dependencia agrícola del río, sino porque si el agua baja de la cota 165 en la presa de Asuán, la mayor fuente de energía eléctrica del país entra en reserva, por lo que quieren que Etiopía se comprometa a garantizar ese nivel.

Pero, en Egipto creen además que Etiopía ha actuado con mala fe y por motivos políticos.

En un documento difundido la semana pasada, el Centro Egipcio de Estudios Estratégicos destaca el hecho de que Etiopía comunicó en 2010 a El Cairo su intención de iniciar la obra, un proyecto entonces para una presa de 90 metros de alto con capacidad para 14.000 millones de metros cúbicos de agua.

No obstante, tras la explosión de la revolución en Egipto el 25 de enero, el 3 de febrero Etiopía anunció la construcción de la GERD con una altura de 145 metros y una capacidad para almacenar 74.000 millones de metros cúbicos de agua, poniendo la primera piedra en abril de ese mismo año.

Para Egipto, eso evidencia la intención de Etiopía de aprovechar el momento de debilidad institucional que atravesaba el país.

«Creo que estamos en un momento crítico, estamos lidiando con una crisis real según la perspectiva egipcia, esta crisis amenaza la seguridad nacional, la seguridad hidrológica de Egipto, tenemos que manejar esta como una crisis multidimensional», indicó a Efe Mohamed Salman, profesor de la Facultad de Economía y Ciencias Políticas de la Universidad del Cairo.

TENSIÓN, DISTENSIÓN Y EL NÓBEL

En las últimas semanas han surgido expresiones altisonantes. En unas palabras atribuidas a Ahmed en el Parlamento, el primer ministro dijo que Etiopía estaría en condiciones de movilizar a «millones» en caso de guerra, pero que su país no tenía otra opción que el diálogo.

Hoy en Sochi, Ahmed se reunió con Sisi y, según la presidencia egipcia, el primer ministro etíope dijo que sus palabras fueron sacadas de contexto.

La oficina presidencial egipcia ha transmitido una sensación de cordialidad en el encuentro, en el que se decidió que el comité técnico de expertos retome el trabajo «de forma más positiva».

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A pesar del tono de las últimas semanas, todo el mundo reconoce en privado que no hay más solución que conversar y que un conflicto no conduce a ninguna parte.

Una opción puesta encima de la mesa es buscar la mediación del Banco Mundial, una entidad con experiencia en situaciones similares.

Otra es la mediación ofrecida por Estados Unidos y que Egipto ya ha aceptado. También el presidente ruso, Vladimir Putin, ha ofrecido sus oficios en este caso, pero habrá que ver si el Gobierno de Ahmed está de acuerdo.

«Espero que su política en un futuro próximo esté a la altura del Premio Nobel», dijo Salman.

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