EEUU | Tortuga que nació con dos cabezas y seis patas sigue viva - 800Noticias
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Agencias

Una rara tortuga espalda de diamante de dos cabezas y seis patas está vivita y coleando, en el Centro para la Vida Silvestre Birdsey Cape de Massachusetts, en Estados Unidos, dos semanas después de su nacimiento.

La tortuga espalda de diamante es una especie amenazada en el estado, y este ejemplar bicéfalo se está alimentando bien de gusanos y comida preparada, de acuerdo con el personal del centro.

Las dos cabezas operan de manera independiente, salen a tomar aire en momentos diferentes, y dentro de su caparazón hay dos sistemas digestivos para alimentar ambos lados de su cuerpo.

La tortuga procedía originalmente de un nido en West Barnstable que los investigadores determinaron que era una ubicación peligrosa y debía ser cambiado de lugar.

Después de la eclosión, las tortugas de estos nidos son enviadas a distintos centros de cuidado para ser monitoreadas antes de su liberación en la primavera, reportó el periódico The Cape Cod Times.

Pria Patel, veterinaria del centro, y otros miembros del personal seguirán monitoreando a la tortuga bicéfala, a la que apodaron Mary-Kate y Ashley, en honor a las famosas gemelas Olsen.

Ahora, esperan poder realizarle una tomografía para aprender más sobre su sistema circulatorio.

Otra sorpresa

A fines de agosto, dos pequeñas crías de tortuga marina con dos cabezas fueron encontradas en Cape Hatteras National Seashore, un parque nacional protegido de Carolina del Norte, y en el Parque Estatal Edisto Beach, en Carolina del Sur, ambos en Estados Unidos.

Sobre la malformación, los expertos señalaron que “hay muchas deformidades genéticas que las tortugas marinas pueden exhibir”, y recalcaron que uno de estos ejemplares tenía “buena salud” así como una “buena función de aleta una vez en el agua”.

Su esperanza de vida, sin embargo, no es tan larga como la de otros animales de su especie y creen que es “poco probable que sobreviva tanto como otras” por su deformación, destacaron.

Ambas fueron liberadas en el océano.

Por Clarín

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