EEUU| Demócratas ceden para intentar salvar el nuevo plan de rescate
EFE
Tras mostrarse inamovibles durante días, los demócratas de EEUU este viernes anunciaron que están dispuestos a hacer algunas concesiones para salvar el nuevo plan de rescate, en un momento en que las negociaciones con la Casa Blanca están al borde del colapso.
Ambas partes se habían marcado como fecha límite este viernes para alcanzar un acuerdo que sirva para reflotar la economía, debilitada por el parón de actividad provocado por la pandemia.
En la última semana, el liderazgo demócrata del Congreso se reunió una decena de veces con los negociadores de la Casa Blanca y, a la salida de cada encuentro, ambas partes hablaron de «cierto progreso»; pero el jueves por la noche las conversaciones se tensaron ante la falta de acuerdo.
UN BILLON ARRIBA, UN BILLON ABAJO
Según desveló hoy la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, los demócratas ofrecieron el jueves rebajar su petición un billón de dólares para que el paquete de rescate sea de 2,4 billones, pero pusieron como condición que la Casa Blanca incremente su oferta.
En concreto, los demócratas quieren que la Casa Blanca abandone su oferta inicial de un paquete de 1 billón de dólares y acceda a un gasto total de 2 billones.
«Estamos intentando encontrar puntos en común», dijo en una rueda de prensa Pelosi, quien explicó: «Ayer, nosotros ofrecimos bajar un billón nuestra oferta, pero si ellos (los negociadores de la Casa Blanca) añaden un billón, a lo que ellos dijeron que absolutamente no».
Los negociadores de la Casa Blanca, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y el jefe de gabinete, Mark Meadows, se han resistido a aumentar el tamaño del plan rescate y, de hecho, Mnuchin aseguró este viernes que la propuesta demócrata «es imposible».
El secretario del Tesoro hizo esas declaraciones antes de entrar a otra reunión con los demócratas en el Congreso.
En parte, la Casa Blanca se resiste a aumentar el gasto porque está recibiendo presión por parte de una minoría de legisladores republicanos, favorables a la disciplina fiscal y que por motivos ideológicos consideran que el Gobierno federal no debe interferir en el libre mercado.
Frente a ello, los demócratas argumentan que el Congreso tiene la responsabilidad de proteger a los millones de estadounidenses que han perdido su empleo o no pueden pagar el alquiler.
A finales de junio expiró una medida que había impedido el desalojo de unos 12 millones de estadounidenses durante los últimos cuatro meses y, además, hace una semana, vencieron las ayudas semanales de desempleo de 600 dólares que estaban recibiendo unos 30 millones de trabajadores en EE.UU.
El GRAN ESCOLLO: LAS PRESTACIONES AL DESEMPLEO
Precisamente, el gran escollo en las negociaciones son las prestaciones al desempleo: los demócratas quieren mantener una ayuda semanal de 600 dólares que se suma a los pequeños subsidios que otorgan los estados, mientras que los republicanos quieren reducirla a 200.
Esa ayuda federal formó parte del paquete de ayuda de 2,2 billones de dólares que aprobó el Congreso en marzo, el mayor de la historia del país, pero que se ha mostrado insuficiente ante la gravedad de la crisis.
Otro de los grandes puntos de tensión es la ayuda a entidades locales: los demócratas quieren destinar un 1 billón de dólares a las ciudades y estados más golpeados por la pandemia, algo a lo que la Casa Blanca se opone rotundamente al considerar que se trata de un «rescate» para ayudar a funcionarios locales demócratas que han hecho una mala gestión.
De esa forma, ambas partes siguen alejadas sobre lo más importante del plan de rescate, es decir, cómo gastar billones de dólares; aunque sí han alcanzado acuerdos en asuntos menores, como la financiación del Servicio Postal de cara a las elecciones de noviembre, ya que muchos estadounidenses tendrán que votar por correo.
TRUMP SIGUE AMENAZANDO CON IR POR SU CUENTA
No obstante, impaciente por los pocos resultados, el presidente de EE.UU., Donald Trump, mantiene su amenaza de retirar a sus negociadores y actuar por su cuenta mediante la aprobación de órdenes ejecutivas.
Hoy, el asesor económico principal de la Casa Blanca, Larry Kudlow, aseguró que el mandatario quiere dejar de recaudar impuestos de los salarios, lo que serviría para poner más dinero en el bolsillo de los estadounidenses, pero dificultaría la financiación de programas sociales como el «Medicare».
«La gente no debería creer que el presidente está haciendo una fanfarronada. Y como parece que no podemos conseguir un acuerdo con el otro equipo (los demócratas) entonces el presidente actuará con todo su poder ejecutivo», avisó Kudlow durante una entrevista con la cadena Fox.
Mientras, las perspectivas económicas cada vez son más sombrías.
La economía de EE.UU. se hundió a un ritmo anual del 32,9 % en el segundo trimestre de 2020 por los efectos de la pandemia y cayó el 9,5 % frente a los tres primeros meses del año, los mayores descensos de este indicador desde que se tienen registros.
La tasa de desempleo cerró julio en el 10,2 %, después de haber arrancado el año en el 3,5 %.
Además, EE.UU. suma 4,9 millones de casos y más de 160.000 fallecidos por el virus, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.