Cuando Donald Trump llegue a su complejo vacacional Mar-a-Lago para el Día de Acción de Gracias el próximo jueves, no será la primera vez que un presidente electo haya pasado sus vacaciones en Palm Beach, estado de Florida.
La finca de John Kennedy, conocida durante su período como la Casa Blanca de Invierno, está a 11 kilómetros al otro lado de la calle Ocean Drive.
Al igual que las visitas de Kennedy, los viajes de Trump a Palm Beach llamarán bastante la atención, a veces no requerida, a su enclave lujoso de cerca de 10.000 personas, cifra que se triplica en invierno.
Las veces que el presidente se quede allí, se cerrarán las calles y se incrementará la seguridad cada vez que la caravana de agentes del Servicio Secreto, asistentes políticos, periodistas y personal médico llegue y salgan de Palm Beach.
La comunidad yace en una isla estrecha y larga que sirve como barrera y tiene calles angostas y solo tres puentes a tierra continental. En 1960, un futuro asesino trató de matar allí a Kennedy.
Pero contrario a lo ocurrido con Kennedy, el gobierno no tendrá que construir un refugio antibombas para Trump porque él ya tiene tres.
La vivienda del presidente electo
Cuando Trump compró Mar-a-Lago por 10 millones de dólares a la magnate de cereales Marjorie Merriweather Post en 1985, no fue bien recibido por todos. Lo vieron como prepotente, como rico nuevo que buscaba sobresalir.
No era refinado ni rico tranquilo de familia como sus vecinos. Luego que la ciudad rechazó su plan para subdividir el terreno de Mar-a-Lago en 10 mini mansiones, en 1995 convirtió la propiedad en un club para devengar ingresos. Ahora se cree que la propiedad vale más de 100 millones de dólares.
Palm Beach es tranquila, y sus residentes están a gusto así.
Con Trump como presidente, probablemente habrá más protestas, aunque el área aledaña a Mar-a-Lago no es propicia para estas manifestaciones. El club yace en una calle angosta y transitada, con pocas veredas.
La ciudad también es rica. La media de los ingresos de un hogar en esta área es de 105.700 dólares, el décimo más alto de Florida, de acuerdo con cifras de la oficina del Censo.
Algunas de las personalidades que viven allí son: los comentaristas conservadores Rush Limbaugh y Ann Coulter, el exalcalde de Nueva York y confidente de Trump Rudy Giuliani, el locutor Howard Stern, y el cantante Jimmy Buffett.