Dos realidades durante la fiesta de Navidad en Venezuela
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Nuevamente Venezuela pasó otra fiesta de Navidad marcada por dos polos, un extremo donde la mayoría de la población apenas tenía para comer, mientras que un pequeño grupo se dio los mejores lujos tanto de alimentos, como la oportunidad de lanzar pirotecnia.
La dolarización defacto que fue impulsada por la pandemia de coronavirus, remarcó las diferencias sociales que ya existían en un país que tiene la peor caída de su PIB en la historia y la mayor inflación de América.
Asimismo, la circulación de las divisas extranjeras (euro o dolar) en vez de mejorar la brecha entre las clases sociales, dificultaron aún más para un sector, comprar los alimentos tradicionales de la época decembrinas.
Pero esa situación, no detuvo a un grupo pequeño de la población de darse el lujo de gastarse el dinero en fuegos artificiales que tenían precios que oscilaban entre $20 por «fosforitos y cebollitas» hasta por 100 unidades de la moneda estadounidense por un cohetón.
En el siguiente video publicado en las redes sociales, se observa como desde la urbanización de Las Mercedes, en Caracas, se disparaban fuegos artificiales que en una otrora Venezuela eran comunes, ahora se han convertido en un lujo.
La brecha en Venezuela también puede apreciarse en el precio de los ingredientes de las hallacas, que se han vuelto prohibitivos para aquellos que perciben un sueldo mínimo de 400.000 bolívares mensuales. La situación es igual de dramática en el caso de aquellos ciudadanos de la tercera edad que reciben una pensión equivalente al monto mencionado.
Para hacer al menos 25 hallacas se necesitan unos 32.000.000 Bs. (30,69 dólares a la tasa del mercado oficial: 1.037.851,25 Bs.) mientras que el resto de los alimentos que acompañan todo el entorno del plato navideño: el pernil (4 millones de bolívares por kilo), pan de jamón (entre 10 y 12 millones de bolívares), ensalada de gallina para seis personas ( Bs 8.500.000) y el Panetton (11 millones de la devaluada moneda venezolana).
Respuesta del Estado sin efecto
La administración de Nicolás Maduro cada día muestra su divorciado con la realidad de los ciudadanos, días atrás, el líder del chavismo entregó un bono de 300 mil bolívares a los docentes para que compraran los ingredientes para las hallacas, algo que se hizo imposible ya que ese dinero no alcanzó para adquirir ninguno de los productos mencionados anteriormente.
«Con el bono hallaquero que pagó Aristóbulo a los maestros, no se puede comprar ni el pabilo de la hallaca. Parece un chiste pero es la realidad», reportó una usuaria en redes sociales.