Dos médicos cubanos abandonan delegación que atiende el coronavirus en Venezuela
Agencias
Dos médicos cubanos que abandonaron la «misión» del régimen en Venezuela se encuentran escondidos y temen por su vida después de realizar denuncias sobre el manejo de las estadísticas del COVID-19 entre otros asuntos, informó Telemundo51.
Reinier Sori Estévez, uno de los profesionales que acusó a la dirección de la brigada médica cubana en Caracas de corrupción y acoso sexual, además de falsear cifras, explicó que está «tranquilo».
«Sé que es una decisión dura, bien difícil, pero no tengo miedo a nada. Con la bata blanca puesta, con la que he sabido trabajar siempre, los voy a denunciar ante el mundo», dijo.
Los médicos contaron a Telemundo, sin cámaras, por temor a represalias, que antes de llegar a Caracas Sori Estévez estuvo en el estado de Zulia, donde contrajo el coronavirus sin apoyo del régimen.
Otra doctora, que Telemundo solo identificó como Yuli, también estuvo enferma y solo pudo ser atendida por Sori Estévez. El médico incluso informó a la viceministra de Salud cubana de la situación, pero no recibió respuesta.
Según Sori Estévez, quien ha recurrido a las redes sociales para plantear algunas de sus denuncias, en el pasado formó parte de la contrainteligencia cubana en Venezuela.
Aunque la cifra de personal sanitario cubano infectado por la enfermedad en Venezuela no es pública, varios indicios hacen sospechar que puede ser elevada.
Desde que se registró el primer caso de COVID-19 en Venezuela, el 13 de marzo y hasta este 8 de octubre se han registrado 220 decesos de personal sanitario. Médicos, principalmente, enfermeras y personal de salud, lo cual representa prácticamente un tercio del total de muertes por la pandemia en el país, según la organización no gubernamental «Médicos Unidos por Venezuela».
La exportación de servicios profesionales, fundamentalmente médicos, es una de las principales fuentes de ingreso del régimen cubano, que se queda con al menos el 75% de lo que pagan los países de destino en concepto de salarios. En 2018 esta actividad generó ingresos por 6.400 millones de dólares a La Habana, muy por encima del turismo.
Además de tener que entregar como mínimo las tres cuartas partes de sus salarios, los profesionales de la salud cubanos enviados a misiones en el exterior son sometidos a una fuerte vigilancia y restricción de libertades fundamentales.
Estas condiciones han sido denunciadas por organizaciones defensoras de derechos humanos y la ONU ha advertido que podrían constituir formas de «trabajo forzoso» y «esclavitud moderna». Esta situación ha sido mucho peor en Venezuela, según testimonios de los propios médicos que han logrado escapar.
Fuente: Diario Las Américas