Documentos muestran dudas iniciales de EEUU sobre la muerte del Che - 800Noticias
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EFE

En el 53 aniversario de la muerte del Che Guevara, documentos estadounidenses desclasificados y dados a conocer este viernes muestran que las autoridades siguieron de forma intensa los movimientos del guerrillero argentino, dudaron inicialmente de su muerte y posteriormente confiaron en que su fallecimiento socavase el movimiento revolucionario en Latinoamérica.

Según los documentos dados a conocer este viernes por la organización Archivo Nacional de Seguridad (NSA), el entonces presidente estadounidense, Lyndon Johnson, recibía de forma regular informaciones sobre el rastro de Ernesto «Che» Guevara desde que en 1965 dejó de ser visto en público en Cuba.

Uno de los 29 documentos señalados por el NSA, algunos de ellos desclasificados con anterioridad pero que cuentan ahora con menos secciones censuradas, y fechado el 22 de abril de 1967, recoge cómo el presidente boliviano, el dictador René Barrientos, informó al general estadounidense William Tope de la situación de la guerrilla en el país.

Según el documento, Barrientos indicó que indígenas del departamento de Chuquisaca habían informado de la existencia de «un grupo de hombres barbudos y armados en el área» y que la guerrilla es un grupo «bien organizado, muy entrenado y bien equipado que está equipado con armas automáticas modernas, excelentes botiquines médicos y otros accesorios modernos».

Barrientos aprovechó la reunión para solicitar a Estados Unidos armas modernas aunque el militar estadounidense expresó sus reservas de que el armamento sería inefectivo si los soldados bolivianos no eran entrenados en labores de contrainsurgencia.

El 10 de mayo de 1967, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) recibe el primer informe «de personas que dicen haber visto y hablado con Che Guevara desde que desapareció en marzo de 1965».

«El famoso líder guerrillero cubano, nacido en Argentina, Ernesto Che Guevara estaba presente con el principal grupo de la guerrilla boliviana en el sureste de Bolivia desde finales de marzo hasta al menos el 20 de abril de 1967. Fue visto en el campamento por Jules Regis Debray y Ciro Roberto Bustos durante este periodo», señala el documento.

Un día después de que la CIA recibiese el informe, la información del «primer reporte de que Che Guevara está vivo y operando en Suramérica» es transmitida al presidente Johnson en la Casa Blanca.

La comunicación a Johnson señala que «la información procede del interrogatorio de guerrilleros capturados en Bolivia» y que se requiere de «más pruebas antes de concluir que Guevara está operacional y no muerto, como la comunidad de inteligencia, con el paso del tiempo, ha estado cada vez más inclinada a pensar».

El 17 de mayo, un documento de la CIA detalla el interrogatorio a que fue sometido Debray, «el joven marxista francés que ha estado cercano a (Fidel) Castro» y que fue capturado por el ejército boliviano.

El 9 de octubre, la CIA informa del combate que se produjo el día anterior en las cercanías de Higueras entre soldados bolivianos y un grupo guerrillero e indica que «tres guerrilleros resultaron muertos y dos capturados. Uno de esos capturados puede ser Ernesto Che Guvera que está gravemente herido o muy enfermo y puede morir».

Esa información fue transmitida de forma urgente ese mismo día por el consejero de Seguridad Nacional, Walt Rostow, al presidente Johnson: «Esta información provisional de que los bolivianos capturaron a Che Guevara te interesará. Todavía no está confirmada».

Es el 11 de octubre cuando el director de la CIA, Richard Helms, informa a los secretarios de Estado, Defensa, así como a Rostow, de que el Che fue capturado con una herida en la pierna, pero que se encontraba en buenas condiciones y que las autoridades militares bolivianas ordenaron el asesinato del guerrillero.

Guevara fue ejecutado «con una ráfaga de un fusil automático M-2».

Cuando Rostow recibe el memorando de la CIA transmite ese mismo día la información a Johnson afirmando que está «seguro en un 99 %» de la muerte del Che en Bolivia y que consideraba una «estupidez» que los bolivianos matasen al revolucionario argentino tras un breve interrogatorio.

Un día después, el 12 de octubre, el director de inteligencia e investigación del Departamento de Estado elabora un informe titulado «La muerte de Guevara, el significado para Latinoamérica», que anticipaba que la desaparición del Che puede suponer «un grave retroceso para las esperanzas de Fidel Castro de fomentar una revolución violenta» en Latinoamérica.

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