Jesús de la Misericordia, devoción cristiana - 800Noticias
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La imagen de la Divina Misericordia es un cuadro que muestra la visión de Jesús que tuvo Santa María Faustina Kowalska el 22 de febrero de 1931. En la pintura se ve a Jesucristo irradiando luz roja y blanca pálida desde su Sagrado Corazón.

Esta imagen forma parte integral de la devoción que se manifiesta entre los fieles cristianos con una oración, la «Coronilla a la Divina Misericordia», y la cual se reza todas las tardes a las 3:00 en punto, la hora en que murió Jesús.

Jesús pidió a Sor Faustina y por medio de ella a todo el mundo que se venere Su Pasión y Muerte a las tres de la tarde, hora en que Él murió en la Cruz.

Oración de la Divina Misericordia 

¡Oh Dios de gran misericordia!, bondad infinita, desde el abismo de su abatimiento, toda la humanidad implora hoy Tu misericordia, Tu compasión, ¡Oh Dios!; y clama con la potente voz de la desdicha.

¡Dios de Benevolencia, no desoigas la oración de este exilio terrenal! ¡Oh señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión, que conoces nuestra miseria a fondo y sabes que con nuestras fuerzas no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos: Adelante con Tu gracia y continúa aumentando Tu misericordia en nosotros, para que podamos, fielmente, cumplir Tu santa voluntad, a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de tu misericordia nos escude de las flechas que arrojan los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como hijos Tuyos, aguardemos la última venida (día que Tú solo sabes). Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió a pesar de nuestra mezquindad.

Porque Jesús es nuestra esperanza: Através de su Corazón misericordioso, como en el Reino de los Cielos.

Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen límites, míranos con Tu favor y aumenta Tu Misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos, sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos con Tu Santa Voluntad, la cual es idéntica con Tu Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, quien con Vos y el Espíritu Santo manifiesta Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.

El Salvador ordenó a Sor María Faustina que escribiera, y la rezara con frecuencia, esta pequeña jaculatoria:

«Oh Sangre y Agua, que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en vos».

Expiraste, Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo. Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota de sangre. (IV, 59).

Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío. (1, 35).

1. El origen de esta devoción es muy reciente y se debe a Sor María Faustina Kowalska. Elena Kowalska, nació en Glogowice en 1905, cerca de Cracovia, en Polonia. Unas pocas semanas antes de su vigésimo cumpleaños, entro a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Misericordia con el nombre María Faustina. A partir de 1931 y hasta 1938, año de su muerte, sor Faustina, tuvo una serie de revelaciones de Jesús la cuales dejó por escrito en un diario compuesto por más de 600 páginas. Durante casi veinte años esta devoción estuvo prohibida, pero desde el 15 de abril de 1978 la Santa Sede dio su autorización a la práctica de la devoción. Fue beatificada el 18 de abril de 1993 por S. S. Juan Pablo II y proclamada santa el 30 de abril de 2000. La fiesta de la misericordia se celebra el domingo siguiente al de Pascua de Resurección.

La encíclica sobre la misericordia divina («Dives in misericorida», 30 de septiembre de 1980) subraya como función principal de la Iglesia proclamarla, practicarla y pedirla. El 22 de septiembre de 1981 el Papa Juan Pablo II dijo en el Santuario del Amor Misericordioso, sito en Collevalenza (Italia): «Desde el principio de mi Pontificado he considerado este mensaje como mi cometido especial. La Providencia me lo ha asignado».