Dilma Rousseff: “Creo que es posible un golpe dentro del golpe en Brasil”
EFE
La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff aseguró este miércoles que teme un “golpe dentro del golpe” en su país, cuyo objetivo sería “invalidar” las elecciones del 2018 e impedir el posible triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva, si finalmente decide presentarse como candidato a la Presidencia.
La dirigente brasileña expresó este temor durante una conferencia titulada “El asalto a la democracia en Brasil y Latinoamérica”, dentro del seminario “Capitalismo neoliberal, democracia sobrante”, celebrado en Sevilla (sur de España), en el que ha disertado sobre los acontecimientos que rodearon su salida del anterior Gobierno, que ha calificado de “golpe político y parlamentario”.
“Creo que es posible un golpe dentro del golpe para hacer inviables las elecciones democráticas de 2018. No podemos estar de acuerdo en que sean unas elecciones interrumpidas”, advirtió.
La expresidenta sostuvo que Brasil necesita un pacto desde la base, con “todos participando” democrática y electoralmente y para que el próximo presidente sea “legítimo, porque el de ahora no lo es”, puntualizó.
Se ha mostrado convencida de que, si finalmente Lula da Silva concurre a las elecciones como ella desea, el exmandatario tiene “muchas posibilidades” de ser elegido, aunque también manifestó que el expresidente es un “gran peligro para los golpistas” por los logros conseguidos y el reconocimiento de “gran parte” de la población.
“Intentaron destruirlo de todas las formas, pero sigue firme. Hay un gran riesgo de que intenten invalidar las elecciones”, recalcó. Rousseff fue apartada de su cargo en mayo y destituida por el Senado brasileño el pasado 31 de agosto acusada de irregularidades fiscales.
Su proceso de destitución se debió, según Rousseff, a la coincidencia de intereses “ocultos” de la derecha, de grupos ultraconservadores y de la oligarquía económica, a los que ha acusado de utilizar presuntos casos de corrupción en una estrategia para “destruir opositores y empresas” de Brasil.
“Están utilizando la Justicia como arma política contra adversarios, lo que ha interferido en la normalidad democrática”, denunció, que cree que la derecha “demoniza” a su partido y que el “juicio político” que la sacó de la Presidencia es un “ataque abierto” a la democracia.
Además, esgrimió que la pretensión de los “golpistas” era “destruir” el estado de inclusión social y de reparto de la riqueza puesto en marcha por su Gobierno, así como la soberanía del país “aprovechando” la crisis económica.
En su opinión, uno de los problemas de Brasil es la recaudación de impuestos, el debate fiscal, en el que el neoliberalismo apuesta por “no pagar y recurre a la ingeniería y los paraísos fiscales”, al margen de “priorizar” el sistema financiero, el reparto de dividendos en “detrimento” del sector productivo y del crecimiento de la actividad económica.
“Esta situación la pagan los necesitados del Estado”, recalcó la expresidenta, que criticó también las “fuertes presiones” a los derechos democráticos que suponen el “brexit” o las políticas del presidente norteamericano, Donald Trump, con sus “medidas excepcionales”.