Destituir a Rousseff puede costar muy caro a Brasil, según analistas
AFP. – Cuidado con los deseos porque pueden hacerse realidad, advierten expertos: los llamados a la salida de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pueden costar caro a esta potencia democrática que conquistó con dificultad la estabilidad en los últimos 20 años.
Casi un millón de brasileños salieron a las calles el domingo por tercera vez en seis meses al grito de «¡Fuera Dilma!», reclamando su renuncia, nuevas elecciones o el ‘impeachment’ (juicio político) de la exguerrillera de 67 años que comenzó su segundo mandato hace menos de ocho meses.
Las razones del pedido son múltiples: la economía está de capa caída hace cuatro años -2015 cerraría con una contracción de 2%, y se prolongaría hasta 2016, según el último pronóstico de los analistas-, la inflación llega a casi 10%, el desempleo ha subido, los salarios han caído, el real ha perdido un cuarto de su valor frente al dólar.
Muchos brasileños sienten que Rousseff les mintió en la campaña electoral, prometiendo gastos sociales y criticando la agenda conservadora de sus rivales, para comenzar a implementar un duro ajuste inmediatamente después de ganar.
«Está muy bien que la gente salga y proteste y hasta que pida la salida de la presidenta, pero ¿para poner a quién? El presidente de la Cámara Baja [Eduardo Cunha] está siendo investigado por corrupción y la verdad es que por ahora no apareció nada concreto contra Dilma», dijo a la AFP André Perfeito, economista jefe de la consultora Gradual Investimentos en Sao Paulo.
Cunha es el enemigo más poderoso de Rousseff en el Congreso y, como presidente de la Cámara de Diputados, tiene la llave para dar luz verde a un eventual proceso de juicio político.