Descubren una relación entre la epilepsia, la depresión y el asma - 800Noticias
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Agencias

Los trastornos mentales y neurológicos no constituyen dos categorías separadas entre sí, sino que forman parte de un mismo continuo en el que, en ocasiones, es difícil conocer la naturaleza concreta de cada caso.

Por ello, resulta lógico que cada vez más los científicos vayan identificando distintas relaciones entre unos y otros. Así, un nuevo estudio realizado en Dinamarca da cuenta de la asociación bidireccional que parece existir entre la epilepsia y la depresión.

La epilepsia aumenta el riesgo de padecer depresión

Así se expone en el artículo publicado al respecto en la revista científica Neurology, en el que los autores examinan la magnitud y la asociación temporal a largo plazo entre la epilepsia y la depresión. Además, compararon el riesgo de padecer alguno de los trastornos tras otro trastorno crónico, el asma, en un estudio de gran cohorte elaborado a partir de registros.

En una población de más de 8,7 millones de personas, identificaron a 139.014 con epilepsia, 219.990 con depresión y 358.821 con asma. Y, entre estas personas, observaron que la tasa de aumento en la incidencia de la depresión era del doble en quienes padecían epilepsia que en quienes no la padecían.

Un fenómeno llamativo era el hecho de que la tasa de depresión, en esta demografía, crecía especialmente tras los primeros meses del diagnóstico de la epilepsia y luego tendía a disminuir, si bien se mantenía significativamente elevada durante los más de 20 años que duraba el seguimiento del estudio.

La depresión aumenta el riesgo de sufrir epilepsia

Algo similar ocurría en los pacientes diagnosticados con depresión, que tenían el doble de riesgo de desarrollar epilepsia que la población que no padece este trastorno mental. Y, como en el caso inverso, las probabilidades de desarrollar epilepsia eran especialmente altas en los primeros meses después de recibir el diagnóstico de la depresión.

Por su lado, el diagnóstico de asma aumentaba el riesgo de sufrir cualquiera de estos dos trastornos.

Una implicación clínica de estas relaciones es que se ha observado que los pacientes con epilepsia que también padecían depresión también tenían un riesgo mayor de que sus tratamientos fracasasen que aquellos que sólo padecían epilepsia.

Una relación compleja

Con todo, los propios investigadores llaman a tomarse estos resultados con cautela. Y es que la asociación, recuerdan, no necesariamente es indicativa de una relación de causalidad entre los dos fenómenos.

De hecho, a pesar de que el riesgo más elevado que se reporta en el trabajo es el de desarrollar epilepsia tras recibir un diagnóstico de depresión, a día de hoy no se conoce ningún mecanismo biológico por el que un trastorno depresivo pueda causar epilepsia.

Eso no quita que estos hallazgos puedan tener implicaciones, por ejemplo, a la hora de cribar a los pacientes o a la hora de tener especialmente en cuenta que ciertas medicaciones podrían inducir crisis epilépticas.

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