Descubren pariente pequeño de un Tiranosaurio Rex
AFP
Un nuevo tipo de dinosaurio de la familia del T-Rex podría explicar cómo el legendario tiranosaurio creció para convertirse en el indiscutible rey de la cadena alimenticia, indicaron investigadores este lunes.
Hasta ahora, los científicos no han tenido muchas pruebas sobre cómo este icónico depredador se convirtió en el mayor carnívoro de la Tierra, antes de que los dinosaurios se extinguieran hace 65 millones de años.
Las respuestas podrían residir en el cerebro del Timurlengia euotica, un pariente hasta ahora desconocido del T-Rex.
Timurlengia euotica era más pequeño que el T-Rex, que tenía un tamaño similar al de un elefante, pero ya habría desarrollado el cerebro necesario para rastrear y devorar a sus presas.
Aunque los investigadores avisaron que este descubrimiento representaba tan solo un animal dentro de un gran linaje, sus características ayudan a ilustrar cómo los pequeños tiranosaurios evolucionaron con el tiempo en animales más grandes e inteligentes, gracias a sentidos agudos que pudieron ayudarles a llenar sus estómagos.
«Sólo cuando estos tiranosaurios ancestrales desarrollaron sus ingeniosos cerebros y afilados sentidos, crecieron hasta el tamaño colosal del T-Rex», explicaron.
Los primeros tiranosaurios aparecieron hace unos 170 millones de años y entonces tenían el tamaño de un humano.
Los huesos del Timurlengia euotica se descubrieron en Uzbekistán, donde vivieron alrededor de 90 millones de años.
No se sabe mucho sobre cómo el T-Rex llegó a ser tan grande, «especialmente debido a un frustrante vacío de unos 20 millones de años en el registro fósil de Cretácico Medio, cuando los tiranosaurios pasaron de ser cazadores pequeños a depredadores gigantescos», según el estudio publicado en los Registros de la Academia Nacional de Ciencias.
Este nuevo descubrimiento es «la primera especie de tiranosaurio diferente procedente de este vacío».
El especimen fue descubierto entre 1997 y 2006 por un equipo de paleontólogos, liderado por investigadores de la Universidad de Edinburgo que trabajaron en el desierto Kyzylkum, en el noroeste de Uzbekistán.
El cráneo del Timurlengia era más pequeño que el del T-Rex, lo que sugiere que no creció tanto, pero la forma de su cráneo revela que «su cerebro y sentidos ya estaban altamente desarrollados».