Descubre las mejores aguas florales para cada tipo de piel
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Los hidrolatos, más conocidos popularmente como aguas florales, son una de las mejores alternativas naturales para tratar la piel. Se pueden utilizar de modos muy distintos, como por ejemplo en forma de tónico antes de aplicar la crema hidratante para limpiar la piel de impureza, o como ingredientes de mascarillas caseras.
La gran ventaja que ofrecen las aguas florales es que son sustancias 100% naturales, sin ningún tipo de elementos químicos en su composición. Además de tener grandes propiedades y beneficios para la piel, tienen un aroma exquisito. Hay que saber cuáles son las mejores aguas florales para cada tipo de piel, en función de sus características.
¿Cuáles son las mejores aguas florales para cada tipo de piel?
A continuación se indican los hidrolatos más recomendados para cada tipo de piel, teniendo en cuenta sus características y cuidados especiales. Recuerda pedir consejo siempre a tu dermatólogo para conocer qué tipo de piel posees y qué cuidados diarios debes ofrecerle:
Para pieles secas…
Tres de los mejores hidrolatos para las pieles secas son de jazmín, lavanda y rosas. El primero de ellos potencia de forma notable la elasticidad de la piel, eliminando así la tirantez propia de los cutis secos. El segundo estimula la regeneración celular. Y el tercero retrasa el envejecimiento.
Para potenciar los beneficios de las aguas florales, lo ideal es aplicar una mezcla de aceites vegetales y esenciales. Así se consigue hidratar y nutrir la piel en profundidad.
Para pieles grasas…
En cuanto a las pieles grasas, el agua de rosas retrasa el envejecimiento de la piel, de modo que las arrugas y las líneas de expresión tardan más en aparecer. El agua de nerolí también es muy recomendable porque reafirma la piel y le aporta un aspecto terso. Por supuesto, el agua de tomillo, que regula la producción de grasa, minimizando así el riesgo de que aparezcan puntos negros y granos.
Para pieles con tendencias al acné…
Uno de los mejores hidrolatos para este tipo de pieles es el agua de árbol de té. Es uno de los mejores antisépticos naturales, por lo que su aplicación está totalmente recomendada en estos casos.
En el caso de pieles con cicatrices del acné, el agua de lavanda es fantástica para repararlas gracias a sus propiedades regeneradoras. También es importante destacar el agua de manzanilla, con propiedades antiinflamatorias. Por último, destacar el agua de tomillo, que desinfecta los granos y aporta una sensación de frescura maravillosa en la piel del rostro.
Para aumentar el efecto de las aguas florales, lo ideal es utilizarlas como tónico casero. Luego, antes de que se seque la piel, se recomienda aplicar una mezcla de aceites vegetales y esenciales específicos para pieles con acné.
Para pieles sensibles…
Las aguas florales más recomendables para pieles sensibles son el agua de jazmón y el agua de lavanda. La primera de ellas tiene propiedades analgésicas, por lo que ayuda de manera notable a calmar la irritación y el dolor propios de este tipo de pieles. En cuanto a la segunda, ayuda a regenerar la piel dañada.
Otro hidrolato recomendado es el agua de rosa, que estimula el crecimiento celular y tiene propiedades calmantes.
Y para las pieles de niños…
Las aguas florales, al ser 100% naturales, también se pueden aplicar para cuidar la piel de los más pequeños. Uno de los hidrolatos más recomendables es el agua de jazmín, con propiedades refrescantes y calmantes. También el agua de lavanda, que estimula el crecimiento celular.
Es importante saber que la cosmética industrial resulta muy peligrosa para la piel de los niños ya que ésta es especialmente sensible. Es por ello que se recomienda cuidarla e hidratarla con productos 100% naturales, que no contengan ningún tipo de sustancias químicas.
Sabiendo cuáles son las mejores aguas florales para cada tipo de piel, es el momento de comenzar a cuidar el rostro de forma adecuada y pedir consejo al dermatólogo antes de decantarse por un hidrolato específico.