Desconfinamiento | Israel reabre mercados, centros comerciales y gimnasios
EFE
Tras la apertura de comercios y el levantamiento de las restricciones de movimiento, Israel dio hoy un paso más hacia la normalización interrumpida por la pandemia al reabrir sus principales mercados, gimnasios y centros comerciales.
Hace menos de un mes las calles de Jerusalén se encontraban completamente desiertas, la poca gente que circulaba se miraba entre sí con desconfianza y los recuerdos de los olores, colores y sonidos de esta vibrante urbe se hacían cada vez más borrosos y distantes.
Hoy, con 239 muertos y la cifra de infectados casi estabilizada, con más del doble de pacientes recuperados que aún en tratamiento, de un total de 16.346 y tras varios días de intensas protestas de comerciantes y autónomos ansiosos de volver a trabajar, el país prácticamente ha retomado toda la actividad, casi todos los comercios se encuentran abiertos y ya son pocos quienes se quedan en sus hogares.
«Me alegró mucho volver, no aguantaba más estar en casa», explica a Efe Elirán, quien fue uno de los primeros en llegar al centro comercial Cinema City, ubicado a escasos metros del Parlamento israelí.
«Sin embargo, es difícil trabajar así, no solo por las normas de higiene y de distanciamiento social, sino más que nada porque no hay gente, hay poco trabajo y falta la alegría y atmósfera festiva», agrega, mientras le tiñe el pelo a la única persona que hay en su peluquería y se acomoda, una y otra vez, notablemente molesto, la mascarilla que lleva puesta.
En la planta principal del Cinema City no hay más de veinticinco o treinta clientes, menos del número de empleados de las pocas tiendas abiertas, que miran a cada uno con evidente expectativa, porque saben que los primeros días, semanas o incluso meses, no serán fáciles.
Los cubos de basura, impecables, con bolsas nuevas, los pisos relucientes, los negocios de comida, rebasados de productos y de optimismo, tiendas vacías y visitantes perplejos, como si el lugar les resultara ajeno, dan la imagen de un centro comercial que acaba de inaugurarse por primera vez y está dando sus primeros pasos hacia un futuro incierto.
«Nosotros estamos a toda máquina, produciendo igual que antes de la pandemia y listos para que la situación mejore», explica a Efe Barak en su pizzería, que exhibe más de cinco variedades distintas y está ubicada estratégicamente junto al acceso principal de peatones, pero que hasta ahora ha vendido poco y nada.
«Últimamente, veníamos vendiendo mediante entregas a domicilio, y la verdad es que trabajamos mejor que ahora, pero bueno, era hora de abrir, y estamos preparados», cierra.
Mientras que los restaurantes aún no tienen permitido para recibir a clientes y solo venden comida para llevar, la ausencia que más se siente en este centro comercial es la de las salas de cine, principal atractivo del lugar y cerradas hasta nuevo aviso, algo que tal vez explique por qué tantas tiendas permanecen aún cerradas.
A pocos minutos a pie del Cinema City, atravesando calles donde el único recordatorio de la pandemia son las mascarillas, que no todos portan y la mayoría llevan en la barbilla o el cuello, el gimnasio Lazuz reabrió también hoy sus puertas.
Algunos más en forma, otros menos, todos entrenan sin precaución alguna por el coronavirus, ya sea haciendo abdominales uno junto a otro, mostrándose entre sí cómo hacer un ejercicio o turnándose en máquinas que no limpian al levantarse.
El mejor ejemplo de que la pandemia ya se va sintiendo tan solo como un mal recuerdo es, sin embargo, el Shuk de Jerusalén, emblemático mercado en el corazón de la parte oeste de la ciudad.
Aunque pocos de sus comercios permanecieron abiertos durante los últimos dos meses, el Shuk reabrió hoy en su totalidad, hasta el punto de que regresaron hasta los músicos callejeros, como si la banda sonora hubiese sido lo último que les faltaba a las calles de la urbe para sentir que habían vuelto a la normalidad.