Desafíos del próximo presidente de Colombia - 800Noticias
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Desde planes de terrorismo, golpe de Estado y magnicidio hasta el envío de grupos armados a la frontera: el presidente colombiano Iván Duque ha servido de villano habitual en la retórica de la administración de Nicolás Maduro en Venezuela.

Un muro ideológico de 20 años ha enfrentado a estos dos países, los últimos tres sin relaciones diplomáticas.

El nuevo presidente de Colombia tendrá el desafío de pasar página: ya los candidatos Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, figuras contrarias a la clase dominante que disputan el poder el 19 de junio, han expresado voluntad de reconstruir vínculos con el vecino.

Lo mismo Maduro, líder del chavismo. «Gane quien gane la presidencia en Colombia, queremos paz y cooperación», ha dicho.

La agenda es complicada, con un tema subrayado: la porosa frontera común de más de 2.000 km, que millones de venezolanos han cruzado huyendo de la crisis, en la que se denuncia la presencia de la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico.

Figura igualmente el comercio bilateral, que ha dado pasos esperanzadores, y la política.

El 2019 marcó la ruptura de las ya frágiles relaciones diplomáticas, consulares y comerciales, cuando Duque tachó de fraudulenta la reelección de Maduro y reconoció como presidente encargado al dirigente opositor Juan Guaidó.

«No me voy a preocupar por ponerme a reconocer gobiernos que ya los venezolanos, según sus normas, han elegido», dijo Hernández, un outsider sin partido político en una entrevista reciente.

Petro, senador y ex-guerrillero de 62 años, ha señalado por su parte que «no veía alternativa» al «restablecimiento cabal» de las relaciones con la administración de Maduro, que ejerce el poder en la práctica.

‘Tancolid’

Receptor de unos dos millones de los seis millones de venezolanos que han emigrado desde 2015, Colombia acusa a Maduro de dar refugio a disidentes de la extinta guerrilla de las FARC y a organizaciones vinculadas con el narcotráfico, lo que el mandatario socialista niega.

Los enfrentamientos en esta zona son regulares. En junio 2021 murieron al menos 16 militares en combates con grupos irregulares no identificados en el fronterizo estado Apure, donde se mantienen constantes operaciones militares.

Maduro se refiere a esos grupos como «Tancol», «terroristas armados narcotraficantes de Colombia», y hace unos días usó el término «tancolid» como acrónimo de «terroristas armados de Colombia enviados por Iván Duque».

Denuncias de planes de Duque para matar a Maduro, con cooperación de Estados Unidos, aparecen casi a diario en el discurso oficial.

El 4 de junio, en esa línea, el gobierno venezolano dijo que el mandatario colombiano estaba detrás de un «sabotaje» a una importante refinería.

«Colombia, desde el expresidente (Álvaro) Uribe, ha sido una ficha muy interesante para tener un trapo rojo permanente, un enemigo permanente», explicó a la AFP el internacionalista y profesor universitario Félix Arellano, destacando la estrecha alianza entre Bogotá y Washington, criticada por el chavismo.

En teoría, un eventual gobierno de Petro tumbaría ese muro ideológico, que se levantó hace 20 años con la llegada al poder de Uribe en 2002.

Sin embargo, el exguerrillero marcó distancia con Maduro en la campaña electoral, después de haber mostrado proximidad en años anteriores.

«No es el favorito de Maduro», dijo Renata Segura, analista del International Crisis Group. «Maduro ve en Petro un crítico incómodo porque viene de su misma esquina ideológica».

Para seguir leyendo en Banca y Negocio con información de AFP. 

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