Denuncian irregularidades de autoridades en manejo de la explosión en México
EFE
Familiares de las víctimas de la explosión de una toma clandestina en México denunciaron hoy a Efe irregularidades de las autoridades a la hora de identificar los cadáveres y también en la protección de las personas que sustraían gasolina antes de la deflagración.
Los habitantes del municipio de Tlahuelilpan corrieron cargados con garrafas y bidones en las manos cuando se empezó a escapar combustible proveniente de un ducto, empapándose el cuerpo de gasolina mientras un grupo de militares observaba la situación sin intervenir, contó a Efe Silvia Trejo.
«Ellos (el Ejército) debieron haber detenido a la muchedumbre cuando empezó a llegar, era su trabajo», consideró la mujer, quien todavía espera noticias de su sobrino, presente en la explosión.
La inacción de los militares la hace sentir perpleja, indicando desconocer por qué no intervinieron e insistiendo en que podrían haber evitado una catástrofe de la que se desprenden hasta el momento 67 muertos y 75 heridos, según fuentes oficiales.
Otra mujer, Guadalupe López, quien también espera encontrar una resolución al estado de su familiar, aseguró que el Ejército hizo caso omiso a la situación.
«Únicamente había tres carros del Ejercito y no hacían nada, dejaban que la gente entrara, no hubo un plan de contingencia que no los dejara pasar», expuso.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio, subrayó hoy en rueda de prensa que militares intentaron disuadir a los pobladores de la zona pero estos hicieron «caso omiso y se tornan algunos de ellos poco agresivos».
Además de esta crítica, varios familiares presentes durante la noche del viernes aseguraron hoy a Efe que, una vez detenidas las llamas y con la zanja en la que sucedió la explosión llena de cadáveres, llegaron un grupo de excavadoras para socavar los cuerpos con tierra.
Esto enfureció a los allí presentes, quienes relatan que respondieron con gritos y, fruto de la agónica situación, entraron en conflicto con las autoridades, pues imposibilitaba la identificación de los cuerpos.
«La fuga estaba ahí, llegaron las máquinas para tapar la zanja, la gente se opuso porque creímos que todavía había cuerpos ahí», relató López.
Por su parte, otro joven hoy presente, Alfredo Guillermo Sierra, también remarcó a Efe que la noche de ayer llegaron excavadoras a esparcir toneladas de tierra. «Había personas todavía ahí y las taparon», aseguró.
Esta situación volvió a repetirse la mañana de este sábado cuando las autoridades trataron de volver a esparcir tierra en el lugar de los hechos. Esta vez sí, los familiares lograron detenerlos, según relataron a Efe.
En estos momentos sigue la incertidumbre para los familiares, quienes expectantes luchan por obtener algo de información de sus seres queridos.
Esta explosión llega en mitad del pulso que la nueva administración mexicana decidió echarle al robo indiscriminado de combustible a la empresa estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex).
Desde los últimos días de diciembre, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, decidió cambiar el modelo de suministro de hidrocarburos por uno que implica camiones cisterna para trasladar la gasolina.
También extremó la vigilancia de los ductos con el despliegue de miles de agentes que en esta ocasión, según los allí presentes, no funcionó para evitar la explosión.