Dedos en garra y en martillo, deformaciones de los huesos del pie
EFE
El Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) indica que la deformación de los dedos de los pies, como lo dedos en garra o en martillo, es uno de los problemas más comunes en esta parte del cuerpo y pueden llegar a ser incapacitantes en algunos casos al provocar un dolor fuerte.
Los dedos en garra y en martillo son deformaciones de los huesos y articulaciones que se deben, generalmente, a una alteración del apoyo natural, apunta por su parte la Clínica Cemtro de Madrid.
Existen tres etapas en las que somos más propensos a desarrollar malformaciones en el pie; en la primera infancia (desde el nacimiento hasta los dos años), en la adolescencia y en la edad senil.
Normalmente estas deformidades van asociadas a otras lesiones en el pie, como el juanete y la metatarsalgia (dolor en la planta del pie), precisa la Clínica Cemtro.
¿Qué diferencia los dedos en garra de los de martillo?
La deformidad de los dedos en garra ocurre cuando se da una hiperextensión de la articulación metacarpofalángica, que se acompaña secundariamente de flexión de las articulaciones interfalángicas proximal y distal. Cuando esta deformidad afecta a varios dedos se produce lo que se llama pie en garra, explica la Clínica Cemtro.
Las causas del dedo en garra pueden ser por el calzado estrecho en la punta que comprime los dedos o por tener el pie cavo, también puede ser síntoma de otras enfermedades como la diabetes o la artritis, según los podólogos valencianos.
La Clínica Cemtro precisa que también puede aparecer tras un daño neurológico o un déficit neuromuscular.
Por otra parte, el dedo en martillo se produce cuando la articulación interfalángica proximal de un dedo del pie se deforma en flexión mientras la interfalángica distal se mantiene neutra o extendida.
Según este hospital madrileño, especializado en cirugía y traumatología, el dedo martillo se origina habitualmente por el uso calzado que no se adapta de manera adecuada a la estructura del pie, normalmente en combinación con uno o más factores adicionales, como el daño de los tendones extensores. Suele aparecer entre los 50 y los 70 años.
Los podólogos valencianos explican que las rozaduras con el calzado pueden provocar dolor, irritación, inflamación y, a menudo, queratosis (callos) en varias partes del dedo.
Tratamientos
Los tratamientos que se pueden aplicar ante esta dolencia dependerán de si el dedo es aún flexible o ya es rígido.
El podólogo, en función del grado de deformidad, pautará un tipo de tratamiento que puede ir aliviar el dolor de los dedos en garra mediante ejercicios de estiramiento, compresas de hielo, antiinflamatorios, inyecciones de corticosteroides, uso de soportes plantares, protesis de silicona, llegando al tratamiento quirúrgico si fuera necesario, informa el ICOPCV.
Recomendaciones para los pacientes
Existen una serie de recomendaciones para los pacientes con dedos en garra y dedos en martillo que facilita la Clínica Cemtro:
- Caminar correctamente sin contraer los dedos.
- Usar calzado de tamaño apropiado, zapatos amplios y cómodos, y evitar aquellos donde los dedos queden apretados.
- Evitar tacones altos.
- Usar plantillas acolchadas y suaves para amortiguar la carga en las plantas de los pies.
- Las sandalias pueden ayudar, siempre que no pellizquen o rocen con otras zonas del pie
- Se pueden utilizar almohadillas, tiras o cojinetes ortopédicos para disminuir la presión y las molestias de las callosidades.
- Es recomendable realizar ejercicios diarios para aumentar la flexibilidad general del pie. Por ejemplo, puede estirar suavemente los dedos de manera manual.
- También es recomendable realizar ejercicios de relajación para la fascia plantar (la membrana que recubre la musculatura del pie).
- Si padece diabetes, mala circulación o falta de sensibilidad en los pies, hable con su médico antes de intentar realizar cualquier auto tratamiento.
La opción quirúrgica
La operación de los dedos en martillo y dedos en garra se recomienda cuando el dedo es rígido (la deformidad ya no se reduce) y el paciente presenta molestias al caminar y con el calzado al existir un roce y una callosidad en el pie.
Entre los tratamientos quirúrgicos hay más de 150 técnicas distintas descritas en la literatura, con distintas indicaciones según la edad, las características del paciente, el tipo de deformidad y la patología asociada. Por estos motivos, la experiencia del cirujano es fundamental para decidir y ejecutar la técnica más adecuada, afirma la Clínica Cemtro.
El paciente suele salir del hospital el mismo día de la operación, utilizar calzado especial durante tres semanas y, en general, al mes la recuperación es total. EFEsalud
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