Al menos 52 muertos en «batalla campal» en cárcel de México
AFP
Una «batalla campal» en una cárcel de Monterrey dejó al menos 52 reos muertos y 12 heridos, después de que internos se enfrentaron con palos y navajas e incendiaron bodegas durante una disputa entre líderes de dos grupos rivales en la madrugada del jueves.
Jaime Rodríguez, gobernador del estado de Nuevo León, informó que el motín se desató cerca de la medianoche y fue controlado una hora y media más tarde. Según las primeras indagatorias, hay 52 hombres muertos y otros 12 heridos, cinco de ellos de gravedad, dijo el gobernador de este estado del noreste.
Decenas de familiares se apostaron a las puertas del penal Topo Chico y bloquearon el acceso a la cárcel. Muchos gritaban pidiendo información sobre los reos y lanzaban piedras en señal de desesperación.
El gobernador les pidió permitir la salida de los cadáveres «para poder identificarlos».
El mortal incidente se registró un día antes de que el papa Francisco inicie una visita de cinco días a México, durante la cual visitará una cárcel en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.
Disputa
El infierno en el penal se desató por «una disputa entre los grupos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, alias «El credo» y Juan Pedro Zaldívar Farías alias «El Z-27», dijo el gobernador.
Zaldívar es un miembro del grupo criminal conocido como Los Zetas, que se ha enfrentando con el Cartel del Golfo durante años en Nuevo León.
En una entrevista con Radio Imagen, Rodríguez precisó que dos grupos rivales se disputaban «el control del penal», el más viejo de Nuevo León, que padece una sobrepoblación de 100% por encima de su capacidad.
En total, la cárcel alberga a 3.800 reos.
Uno de los dos líderes de dichos grupos había sido trasladado apenas hace dos meses desde una prisión de Reynosa, Tamaulipas, uno de los bastiones del cartel de Los Zetas, al penal de Topo Chico.
En la «batalla campal», que duró unos 30 minutos, se usaron «armas punzocortantes, bates y palos (…) no hubo armas de fuego, al menos, es la información que tenemos ahorita», dijo Rodríguez.
«Durante el enfrentamiento varios reos prendieron fuego a las bodegas de víveres», añadió.
El gobernador destacó que Topo Chico «es un penal que tiene un control muy complicado (…) son herencias de muchos años, (producto) de una desatención muy fuerte del sistema penitenciario».
Tras el motín, elementos del Ejército, la Marina Armada y la Policía federal pasaron a custodiar las instalaciones este jueves.
Alrededor de 20 reos fueron sacados del penal en un camión escoltado por 15 patrullas a cárceles fuera del estado, dijo a la AFP un funcionario bajo anonimato.
El presidente Enrique Peña Nieto ofreció sus condolencias a los familiares y deseó la recuperación de los heridos.
Familiares desesperados
Al acercarse el mediodía del jueves, las escenas de desmayos y crisis de nervios se multiplicaban entre los familiares que esperaban por informaciones en las afueras de la prisión.
«Ya son muchas horas y no nos dicen nada. Que los dejen hacer una llamada por lo menos para saber que están bien», dijo Altagracia Vázquez, una quinceañera vestida de uniforme escolar.
Antes del amanecer, salió «una ambulancia del penal pero no nos dejaron ver nada, también una del Semefo (Servicio Médico Forense)», dijo Ernestina Grimaldo, vecina de la colonia Topo Chico, quien tiene un hijo internado en el reclusorio.
Los vecinos comentaron a la AFP que detonaciones se escucharon en varios puntos del populoso barrio donde se encuentra el penal.
Cárceles sobrepobladas
Con 72 cárceles sobrepobladas en más de 20% de su capacidad, el sistema penitenciario de México sufre una grave crisis, declaró a la prensa el año pasado Ruth Villanueva, tercera visitadora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
En 28 de esos 72 penales, hay una sobrepoblación crítica; pues exceden el límite de cupo en más de 40%, dijo Villanueva.
En febrero de 2012, 44 presos murieron y otros 30 escaparon de la cárcel de Apocada, también parte del estado de Nuevo León.
El sistema penitenciario mexicano quedó en entredicho tras la fuga del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán de la cárcel de alta seguridad el Altiplano, el pasado julio.
Guzmán, quien huyó a través de un túnel, fue recapturado en enero de este año.
A raíz de esa fuga, Peña Nieto se comprometió a reformar el sistema carcelario.