De piloto de avión a repartidor a domicilio debido a la COVID-19
EFE
El tailandés Thanun Khantatatbumroong ha pasado en el plazo de un mes de ganarse la vida pilotando un avión de pasajeros a repartir comida y paquetes a domicilio a lomos de su moto en Bangkok debido a la crisis de la COVID-19.
«El mes pasado mi aerolínea me bajó el salario el 75 % durante seis meses, por lo que ahora solo cobro el 25 %. Por eso decidí buscarme un trabajo temporal», explicó a Efe Thanun, un capitán con más de 18 años de experiencia como piloto y 18.000 horas de vuelo.
El piloto, de 48 años, explica que, pese a conservar una parte de su salario, necesita más ingresos para hacer frente a sus gastos, préstamos del banco y también los salarios de dos trabajadores de un restaurante que abrió este año.
El local cerró debido a la pandemia y los dos empleados solo venden ensalada de papaya o «somtam» para llevar, pero no hacen reparto.
Las aerolíneas tailandesas se han visto seriamente afectadas por las restricciones de viaje durante la pandemia, mientras que los restaurantes solo pueden entregar comida a domicilio en medio de una cuarentena parcial en toda Tailandia.
Todas las mañanas, Thanun se pone la chaqueta verde con el logotipo de Grab, la compañía de reparto a domicilio, y sale a las calles de Bangkok con su BMW, que contrasta con las motos de menor cilindrada de otros repartidores.
Reconoce que uno de sus objetivos es desmontar la idea de que los pilotos tienen «mucho ego» y no se rebajan a hacer trabajos no cualificados.
De su nuevo empleo como repartidor, el capitán, que prefiere no desvelar para que aerolínea trabajaba, asegura que lo más difícil es aguantar el calor tropical, ya que abril es el mes más caluroso del año en Tailandia, y también encontrar algunas direcciones en las intrincadas calles de Bangkok.
«A veces el mapa de Google no es muy exacto», se lamenta Thanon.
El tailandés afirma que trabaja siete días a la semana y gana unos 1.500 bat (unos 46 dólares o 42 euros) brutos al día, aunque ha llegado a sacarse el doble en una buena jornada.
Estas cantidades no son desdeñables en Tailandia, donde el salario mínimo diario no llega a los 10 dólares (unos 9 euros), pero palidecen en comparación con su salario base mensual como piloto: unos 200.000 bat (6.100 dólares o 5.600 euros) brutos.
No obstante, explica que él pagaba un 35 % de impuestos sobre la renta, el máximo en el país, y que a cambio no recibe ninguna ayuda o subsidio gubernamental debido a la crisis.
Thanun, que solía pilotar un Airbus 330, creó una cuenta de Line en la que otros pilotos y tripulantes de avión comparten experiencias ante la falta de trabajo o disminución de ingresos y también una página en Facebook con más de 2.000 seguidores.
«El trabajo no elige a la gente, pero es uno el que elige el propio trabajo» es una de las frases que el piloto tiene escritas en su muro de Facebook.
Con fotos y vídeos de él en su BMW repartiendo comida en la capital, sus seguidores se deshacen en elogios y también en pedidos.
El nuevo coronavirus, que ha causado ya 2.800 casos contagios y 48 muertos en el país, también está causando estragos en la economía tailandesa.
Más de 7 millones de personas han perdido su trabajo y la cifra podría ascender a 10 millones de empleos destruidos en los próximos meses, lo que equivale a uno de cada cuatro trabajadores de una población activa de 38,2 millones.
«Me gustaría animar a todo el mundo en vencer juntos esta crisis, seguid adelante», agrega Thanun en un mensaje a sus compatriotas en una de las crisis más graves de las últimas décadas en este país del Sudeste Asiático.