De la «Quinta estación» a «Cinco estaciones»
EFE
Trece años después del final de La Quinta Estación, que a principios del nuevo siglo triunfó con temas de pop-rock de aire mexicano como «El mundo se equivoca» o «Tu peor error», la ola nostálgica heredada de la pandemia parece haber animado a reavivar su sonido y, con él, también la polémica que marcó su andadura.
El detonante de la misma ha sido esta vez la aparición de una nueva formación bajo el nombre de Cinco Estaciones que cuenta con la argentina Karito Volpe como vocalista y dos de los exintegrantes del grupo original, Pablo Domínguez y Sven Martin, dispuestos a recuperar «el espíritu de aquellos días».
«Pensamos que hay como un hueco que no se ha llenado en estos años y que era hora de volver a aquello», explican a EFE tras el reciente lanzamiento de un primer sencillo, «Por qué me empeño en quererte», con planes para publicar su primer disco en otoño y ofrecer «algunos conciertos» este año.
El origen del cinflicto
Nacido en el año 2000 en Madrid como un sexteto, solo Martin (guitarra) y Domínguez (bajo) permanecieron en La Quinta Estación antes de fichar a Natalia Jiménez (voz) y Ángel Reyero (guitarra) y conseguir un contrato con una multinacional en México que posibilitó su debut discográfico, «Primera toma» (2002), en el que se incluía la canción que da nombre a la nueva formación, «Cinco estaciones».
Solo un año después, el primero dejó de pertenecer al grupo y la dirección musical cambió con su segundo disco, el más exitoso «Flores de alquiler» (2004). «Yo no salí de la banda, me invitaron a irme», aclara entre risas, antes de exonerar a sus excompañeros de aquella decisión: «Éramos muy niños y estábamos manejados».
Lo confirma Domínguez, sentado a su lado: «No supimos gestionar las cosas. Su salida, de la que yo fui parte, fue muy injusta y nunca debió pasar».
Tampoco el bajista llegó a los últimos días de La Quinta Estación. Lo dejó en 2008, cuando el grupo disfrutaba del éxito comercial y recogía premios como el Grammy Latino al mejor álbum vocal por su tercer trabajo, «El mundo se equivoca» (2006).
Con Jiménez y Reyero solos al frente, aún se publicó un último disco de estudio, «Sin frenos» (2010), con el que consiguieron un Grammy al mejor álbum latino, tras el que se puso en suspenso el futuro del grupo.
Poco antes, Martin había presentado una demanda contra ambos por el uso de la marca de La Quinta Estación, que había registrado a su nombre, pero perdió el juicio.
¿Volvemos a vernos?
«¿Volvemos a vernos?». Con esas sencillas palabras, hace un par de años Martin y Domínguez decidieron retomar la relación y la razón que los había unido originalmente.
«Me faltaba algo de una forma vital, el veneno de la música, y con los años iba a peor», justifica el guitarrista. «No estoy en esto por dinero, sino por la pasión, por volver a subirme a los escenarios, que me encanta», aclara.
Faltaba alguien que pudiera llenar el escenario con su voz y presencia. Tras una búsqueda que los llevó por España y México, en Argentina encontraron a Karito Volpe, curtida en el rock y el «underground» de su país.
«Hubo química absoluta. El día de mi cumpleaños me escribieron para proponerme esto y me salvó, porque remar a contracorriente es duro y tenía ganas de dejar la música. Yo digo que pasó el tren y me subí», relata la artista.
Tras un año y pico de convivencia, afirman que tienen temas como para dos discos gracias a una dinámica de composición en la que Domínguez lleva la batuta, pero al que todos aportan. «Ser familia», subrayan, es la premisa.
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