David Copperfield ‘pierde’ uno de sus trucos estrella pero gana demanda
El País
David Copperfield, el mago estadounidense más famoso y mejor pagado del mundo, no tendrá que pagar ni un dolar al turista británico que lo demandó tras lesionarse mientras participaba en uno de sus trucos estrella en Las Vegas. Un jurado de Nevada acaba de sentenciar que el ilusionista fue negligente en la puesta en escena del artificio Lucky 13, pero no fue responsable de las heridas que sufrió durante el espectáculo Gavin Cox, un exchef británico, que le reclamaba casi 600.000 dólares de indemnización. Eso sí, Copperfield ha tenido que pasar la pesadilla de cualquier mago: revelar las entrañas del truco ante el jurado.
El mago ha estado pleiteando durante cinco años con Cox, desde que este acudió al espectáculo de magia de Copperfield en el casino MGM de Las Vegas en 2013 hasta hoy. El británico fue uno de los 13 elegidos para participar en Lucky 13, un clásico en el repertorio de la magia visual del estadounidense, en la que este hace desaparecer del escenario a 13 personas del público escogidas al azar. Ante la sorpresa de los espectadores, los participantes en el juego de magia aparecen de repente en la parte posterior del teatro, justo detrás de la audiencia.
El truco es fácil, aunque requiere la participación de los 13 afortunados, del equipo del mago y de los empleados del casino, tal y como Copperfield tuvo que revelar ante los miembros del jurado de Nevada por imperativo legal. Los espectadores, en realidad, son conducidos por pasillos ocultos y oscuros desde el escenario hasta el lugar de aparición. Una argucia que el ilusionista ha puesto en escena durante 15 años sin problemas conocidos.
Pero Cox, de 58 años y natural de Kent, se cayó en uno de esos rincones oscuros y se dislocó un hombro. Luego, según su demanda, se le descubrió una lesión cerebral, que achacó a la caída. Por ello demandó al mago para que se hiciera cargo, como mínimo, de los casi 400.000 euros que se gastó en facturas médicas. Y ahora ha perdido.
El jurado cree que Copperfield fue negligente, porque su equipo no advirtió a los participantes de que tendrían que transitar por esos rincones oscuros y no se evaluó ni el estado físico de los desaparecidos ni su llevaban calzado adecuado. Eso hace que tanto el mago como el casino hayan sido calificados de negligentes pero no responsables del accidente y, por tanto, no tienen que pagar.