Daniela Ramírez encarna a Isabel Allende en serie
EFE
De ser una ama de casa con «elocuencia» para escribir cartas, Isabel Allende se convirtió en la escritora viva de la lengua española más leída en el mundo. Su propia historia ahora está plasmada en la serie biográfica «Isabel» y la chilena Daniela Ramírez es la encargada de interpretarla.
«Ha sido un reto actoral tremendo, es una persona que existe aún y que puede opinar y verlo. Me encanta que se hagan historias de mujeres influyentes y que lo han sido a lo largo de su carrera», cuenta a Efe Ramírez, cuya serie llega este viernes a la pantalla por Amazon Prime Video.
La historia comienza con uno de los momentos más dolorosos en la vida de la escritora chilena, la hospitalización de su hija Paula y con saltos en el tiempo continúa con su simpático comienzo en el mundo de las letras como escritora de una revista feminista que gustaba de escandalizar a la sociedad con sus atrevidos escritos.
«En general queríamos volcarnos a la intimidad, claramente hay un estilo, hay una personalidad que se puede evidenciar desde los libros, pero creo que quisimos retratar cómo ha sido ella en su intimidad, en sus relaciones, en las cosas domésticas, en la mujer simple y común que llega a ser», dice Ramírez.
A la autora de «La casa de los espíritus» (1982) las circunstancias le permitieron mostrar su trabajo y esa oportunidad que tomó la llevó a convertirse en un referente feminista en Latinoamérica y en una defensora de las injusticias sociales.
La serie aborda esto último al mostrar su valentía al haber ayudado a escapar a personas perseguidas por el Gobierno mientras sucedía el golpe de estado que vivió Chile liderado por Augusto Pinochet para derrocar al presidente Salvador Allende, tío de la escritora.
«(La dictadura) Es un tema súper importante en mi país y que creo que lo tenemos que retratar, poder mirar la historia para poder reparar lo que se hizo y continuar de una forma sana y congregadora (…) Hoy somos lo que somos por lo que vivimos», dice Daniela, quien asegura que la serie muestra «el peso de la historia».
ESPÍRITUS Y ENERGÍA PURA
La relación con su madre, el abandono de su padre, la conexión con sus abuelos y el dolor irreparable de haber perdido a su hija, también se abordan en «Isabel», y a su vez sus historias personales se entretejen con las que la escritora ha relatado en sus libros.
«Ella es pura energía, una mujer que no se cansa de reinventarse, de exigirse, de conocer y de vivir. Es una amante de la vida profunda y que nunca se ha limitado en ese sentido. Es todo un ejemplo», cuenta Ramírez, quien tuvo la oportunidad de conocerla en persona en el departamento que Allende tiene en Chile.
«Tuvimos un encuentro que fue organizado por ella, pidió que nos reuniéramos las mujeres que estaban gestando esto y ahí me pude dar cuenta de la mujer normal que es Isabel, de la cercanía que ella provoca. Es una mujer que está muy aterrizada en la tierra que tiene muy bien controlada esta espectacularidad que gira en torno a ella», asegura.
En dicha reunión se formó un «pacto» entre ambas en el que la escritora confió su historia y la actriz se comprometió a mostrarla de la forma más genuina posible.
«Nosotros reflejamos sus dolores, sus fragilidades, sus tiempos más álgidos con mucho respeto. Hicimos ‘match’ en esa reunión y yo pude ver el tono de ella, es muy simpática, cómica, carismática, es muy cómodo estar con ella», recuerda Daniela.
Allende ya dio sus primeras declaraciones sobre lo que piensa de la serie y para deleite de Daniela son positivas.
«Sentí que captó mi personalidad, la manera en que me muevo, actúo y hablo. Pero ojalá yo fuera tan hermosa como ella», bromeó la propia Allende en una conferencia en Estados Unidos.
Si algo tomó prestado Daniela de Isabel fue, entre otras cosas, afianzar su propia impulsividad, «el arrojo».
«Yo a veces no pienso y hago, ella es así, a veces no sirve pensar, te inmoviliza y uno no sabe lo que va a pasar y cuando ya estás en el otro lado dices ¿valió la pena? o ¿no valió la pena? pero siempre vale en algo la pena el moverse y no quedarse estancado con el miedo», finaliza Ramírez.