Curiosidades científicas sobre el invierno
Agencias
El silbido del viento
¿Por qué oímos esa especie de silbido cuando hace viento? No solo puede ocurrir en invierno. La clave se encuentra cuando el viento sopla con gran intensidad. Esta fuerza hace que, en el caso de encontrar un obstáculo a su paso, la zona de paso del aire en movimiento se estrecha y se acelera, provocando este particular sonido sibilante. Ya sea la rendija de una puerta o una persiana, el viento se colará por sus pequeños huecos y producirá este sonido.
Efectos físicos del invierno
Las estaciones representan una fuerza poderosa en nuestras vidas y cuando llega el invierno -al igual que cuando acontece el verano- a nadie le pasa desapercibido. El clima puede tener un profundo impacto en nuestra salud y en nuestro bienestar. Y la ciencia ha descubierto que puede afectar a una gran cantidad de aspectos: desde la creatividad hasta nuestra susceptibilidad a desarrollar migrañas. Así, en un estudio de 2015 publicado en The Journal of Headache and Pain, los investigadores pidieron a 66 pacientes que proporcionaran informes diarios de dolor de cabeza durante varios meses, descubriendo que los pacientes sensibles a la temperatura experimentaron un número significativamente mayor de dolores de cabeza en invierno en comparación con otras estaciones. La hipótesis es que estos dolores de cabeza pueden estar relacionados con los vasos sanguíneos y los cambios circulatorios, que el clima frío podría agravar.
Efectos psicológicos del invierno
La ciencia ha encontrado un vínculo entre el invierno y la depresión, sobre todo en los pacientes que sufren de trastorno afectivo estacional. Esto podría atribuirse a varias razones, como que la disminución de la luz solar puede interrumpir el reloj interno del cuerpo, dando lugar a sentimientos de depresión o que el cambio de estación puede interrumpir el equilibrio de los niveles de melatonina en el cuerpo, que juega un papel clave en los patrones de sueño y el estado de ánimo, según comentan expertos de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota (EE. UU.). Como dato sorprendente, un estudio reciente publicado en la revista Behavioral and Brain Sciences, concluyó que los pensamientos violentos tienden a disminuir durante el invierno, pues los niveles de violencia y agresión son más altos en climas cálidos.