Cumbre del G7 se centró entre China, Ucrania y Rusia
EFE | Foto referencial
La cumbre de líderes del G7 estuvo dominada por la presencia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, los esfuerzos de Occidente por disminuir su dependencia de China y, por supuesto, las encantadoras mascotas japonesas que añadieron un toque colorido al evento.
Las siete principales economías del mundo (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos), junto con la Unión Europea (UE), buscaron mostrar su unidad en una cumbre del G7 que tuvo como sobrio escenario Hiroshima, la primera de la historia en sufrir un bombardeo atómico.
Estas fueron las claves del encuentro, que duró tres días y terminó este domingo:
Zelenski y su presencia en el G7
Zelenski quería usar la cumbre del G7 para mostrar la fuerza de Ucrania al mundo, pero muchas de sus apariciones estuvieron marcadas por las noticias en torno a la ciudad de Bajmut, que Rusia reclama haber ocupado tras ocho meses de cruentos combates.
En una rueda de prensa este domingo, el líder ucraniano afirmó que Bajmut «no está ocupada por Rusia a día de hoy» e intentó despejar la confusión que habían ocasionado unas declaraciones que hizo a un periodista, diciendo que ya no hay «preguntas simples», igual que no hay «respuestas simples».
Aparte de la polémica en torno a Bajmut, Zelenski aprovechó la cumbre para reunirse por primera vez con el primer ministro indio, Narendra Modi, que ha rechazado alinearse con Occidente en su condena a la guerra; pero dijo que no pudo verse con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, «porque no hubo pasos» por parte del latinoamericano.
China genera opiniones encontradas en el G7
Hasta la aparición de Zelenski, China era uno de los focos de esta cumbre. Aún así, el G7 intentó superar sus diferencias internas sobre China y, en su declaración final, abogó por reducir lo que considera una dependencia «excesiva» del gigante asiático a la hora de acceder a suministros en industrias clave como las tecnológicas.
Pese a todo, el tono fue conciliador y el texto ni siquiera mencionó expresamente a Pekín cuando se refirió al tema de la «coerción económica» en un intento por complacer a Francia y Alemania, según reveló este domingo el presidente francés, Emmanuel Macron.
Entrenamiento para pilotos ucranianos
Aunque buena parte del debate giró en torno a China, la mayor parte de las medidas concretas anunciadas durante el G7 tuvieron que ver con la guerra en Ucrania.
Una de las grandes novedades fue que el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el viernes a sus socios del G7 que Estados Unidos ayudará a entrenar a pilotos ucranianos en el manejo de los cazas F-16 de fabricación estadounidense y abrió la puerta a entregar esos aviones a Ucrania en el futuro.
La presión para la entrega de estos aviones a Kiev ha crecido en los últimos meses. De hecho, los países de la UE (de los cuales tienen representación en el G7 Alemania, Francia e Italia) están debatiendo a nivel interno cómo y cuándo proceder al envío los F-16 y potencialmente otros aviones de fabricación europea, mientras que el Reino Unido y otros miembros de la UE han lanzado una «coalición internacional» con el mismo objetivo.
Castigo contra quienes ayuden a evadir a Rusia las sanciones
Otro momento destacado del G7 fue el anuncio de sanciones contra Rusia, iniciativa liderada por Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, que quisieron castigar a los cientos de individuos y empresas que están ayudando al Kremlin a esquivar las sanciones que Occidente ha impuesto desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Mientras tanto, la UE adelantó que prepara un nuevo paquete de sanciones que incluirá restricciones a las exportaciones rusas de diamantes, una de las grandes vías de financiación del Kremlin y que ya han sancionado en cierta medida tres miembros del Grupo de los Siete (EE.UU., Canadá y el Reino Unido).
Asistencia récord de otro países
Con la vista puesta en el largo plazo, la cumbre del G7 en Hiroshima también será recordada por haber puesto de manifiesto la relevancia de los países del denominado «sur global», que fueron invitados en un número récord por Japón, anfitrión del evento.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que asumirá el próximo año la presidencia de turno del G20, y el primer ministro indio, Narendra Modi, que lidera actualmente ese foro internacional, participaron en debates sobre desarrollo, seguridad alimentaria y energía.
También hablaron con otros líderes mundiales sobre Ucrania. Según una fuente que tuvo acceso a las conversaciones del G7, Lula cuestionó que las conversaciones sobre la guerra no se estén llevando en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que Modi habló de «de forma contundente» sobre el principio de soberanía, en un aparente cambio de discurso.
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