Cuba cierra sus fronteras excepto a los residentes en el país y el comercio - 800Noticias
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Miguel Díaz-Canel

EFE

Cuba anunció este viernes el cierre de sus fronteras durante un mes excepto para los residentes en la isla y las actividades comerciales desde el próximo martes con el fin de evitar la llegada de nuevos casos de COVID-19 al país, que ya suma 21 personas con la enfermedad y 716 en aislamiento preventivo.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, hizo el anuncio en la televisión durante un programa especial en el que se anunciaron las últimas medidas del Gobierno frente a la pandemia, «un desafío inédito» que «no ha podido ser contenido por las sociedades más desarrolladas del planeta», recordó.

Hasta hoy las fronteras cubanas permanecían abiertas y los vuelos seguían llegando con normalidad desde países afectados, lo que ha generado inquietud entre la población y peticiones en las redes sociales de que se cerraran las entradas a puertos y aeropuertos.

Desde el próximo martes solo se autorizará la entrada a residentes en Cuba en todas las categorías, lo que incluye a cubanos que estaban de viaje o de misión, aquellos con residencia habitual en el exterior pero que conservan domicilio en la isla y extranjeros con carné de residencia temporal o permanente en el país caribeño, indicó el presidente.

LOS QUE REGRESEN, EN CUARENTENA

Los cubanos y residentes extranjeros que regresen al país caribeño serán sometidos a dos semanas de cuarentena en dependencias sanitarias, avanzó por su parte el ministro de Salud, José Ángel Portal.

En cuanto a las salidas, se gestionará la devolución en los próximos días de 60.000 extranjeros no residentes que aún se encuentran en la isla, en su mayoría turistas de varias nacionalidades, a razón de unos 13.000 viajeros por día.

De estos, 11.640 se alojan en casas particulares cuyos propietarios también deberán colaborar en la salida de los visitantes.

«La próxima semana no habrá turistas en el país», aseguró el primer ministro, Manuel Marrero.

NI BESOS NI ABRAZOS

Antes, Díaz-Canel también conminó a la población a que asuma «prácticas de distanciamiento social», entre ellas evitar los saludos efusivos, las aglomeraciones y el transporte público en horas punta, y afirmó que se están evaluando propuestas para ampliar el trabajo desde casa.

«Ni besos ni abrazos, y cuando esta epidemia pase, nos abrazaremos para celebrarlo con todas las ganas», apostilló.

También afirmó que se trabaja en «el reordenamiento del comercio» y otras medidas relacionadas con «el reordenamiento salarial, crediticio y tributario», en un momento en que las actividades económicas del país están siendo fuertemente afectadas, en especial por la detención del turismo, una de sus principales fuentes de ingresos.

«No se descartan otras medidas más severas en próximas horas o días en función de la evolución de la situación en el país y en el mundo», agregó, tras anunciar que de momento no se aplicarán en Cuba normas más estrictas como el confinamiento domiciliario.

Tampoco se cerrarán por ahora las escuelas ni las universidades.

AUMENTAN LOS CASOS

El presidente también anunció que se han detectado un total de 21 casos de COVID-19 en el país, cinco más que los 16 anunciados veinticuatro horas antes y diez más que el día anterior.

La mayoría de los 21 positivos por coronavirus son turistas y cubanos que regresaron del extranjero, entre ellos el único fallecido hasta el momento: un turista italiano de 61 años.

Las autoridades también anunciaron que hay 716 personas ingresadas bajo sospecha a la espera de confirmar si tienen o no el COVID-19, mientras más de 26.000 permanecen en vigilancia al considerarse sujetos de riesgo.

Por su parte, la ministra de Trabajo, Marta Elena Feito, prometió que «ninguna persona va a quedar desamparada ante la situación que estamos atravesando», en referencia a la posible pérdida de empleos, que afectaría especialmente al sector turístico por el cierre de hoteles y otras instalaciones como consecuencia de la abrupta detención del turismo.

En este sentido, la ministra aseguró que se potenciará la reubicación laboral de los afectados y garantizó una cobertura salarial del 100% el primer mes y del 60% los siguientes, además de una prestación para los núcleos familiares «con ingresos insuficientes».

APOYO AL CUENTAPROPISMO

Las autoridades también auguraron un fuerte impacto de esta crisis en el sector no estatal cubano, los llamados «cuentapropistas» que operan negocios en una serie de sectores autorizados en Cuba y que en muchos casos podrían suspender de forma temporal sus actividades, muy ligadas al turismo y al sector servicios.

Por ello, el Gobierno avanzó que las actividades del trabajo por cuenta propia que se suspenden por decisión gubernamental o a solicitud de los propios cuentapropistas durante esta situación no pagarán impuestos durante el tiempo en que no operen debido a la pandemia.

Antes de que se anunciaran estas medidas, varios conocidos «paladares» (restaurantes particulares) y populares lugares de ocio de gestión privada como la Fábrica de Arte de La Habana ya habían anunciado su cierre temporal como medida preventiva para evitar la propagación del COVID-19.

Los establecimientos gastronómicos estatales permanecerán abiertos pero reducirán su actividad y capacidad en un 50 % para garantizar el espacio entre comensales.

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