Cuba adelanta los relojes al horario de verano para ahorrar energía
EFE
Cuba adelantó una hora sus relojes desde la pasada medianoche y se rige desde este domingo por el horario de verano con el objetivo de aprovechar más la luz solar y ahorrar energía.
A partir de hoy, la isla mantendrá una diferencia de cuatro horas con el horario internacional (GMT -4), en lugar de las cinco horas impuestas durante el llamado “horario normal” o de invierno que estuvo vigente desde el pasado 1 de noviembre.
Un comunicado de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía indicó que al aplicar esta decisión de “alta incidencia” en el ahorro energético, se obtendrá una disminución del consumo de electricidad.
Además señaló que también permitirá una reducción significativa de la máxima demanda de la “hora pico” o de máximo consumo de electricidad, al no coincidir en gran medida la cocción de alimentos con la iluminación.
Cuba adoptó por primera vez el horario de verano el 10 de junio de 1928, pero la práctica no tuvo mucha aceptación entonces, por lo que al año siguiente fue desechado el decreto que lo establecía y solo se implementó de manera sistemática en las últimas cinco décadas.
El mayor beneficio de esta medida para el sistema nacional de energía se produce durante el “horario pico de consumo eléctrico” – de las 17.00 a las 21.00 hora local- cuando usualmente se incrementa la demanda en los hogares cubanos.
Cuba aplicó por primera vez esta iniciativa el 10 de junio de 1928, pero la medida no tuvo mucha aceptación en aquella época; al año siguiente fue desechado el decreto que lo establecía y solo se implementó de manera sistemática en las últimas cinco décadas.
En este momento su puesta en vigor se relaciona con la necesidad de ahorrar combustibles y la reducción del gasto de divisas para su importación, una buena cantidad destinado a generar electricidad, pues la isla solo produce el 40 % del petróleo que consume.
Esta medida llega en medio de la profunda crisis económica que atraviesa el país caribeño, traducida en una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos.
La economía cubana, que ya arrastraba problemas en los últimos años, se desplomó en 2020 un 11 %, según cifras oficiales, afectada por la pandemia del coronavirus y el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos.