Cuba aceptará a cubanos devueltos por EEUU con la nueva política migratoria
EFE
El Gobierno cubano se comprometió este jueves a recibir a todos sus nacionales deportados por tratar de entrar ilegalmente a Estados Unidos, después de que ese país derogara la política pies secos/pies mojados que desde 1995 otorgaba un trato migratorio preferencial a los cubanos.
Cuba y Estados Unidos han logrado “un importante paso de avance en las relaciones bilaterales” con la firma del jueves en La Habana de un nuevo acuerdo migratorio que sienta las bases de una migración “regular, segura y ordenada”, según un comunicado del Gobierno cubano.
Tras más de un año de negociaciones, los dos países anunciaron hoy este nuevo acuerdo migratorio, tema conflictivo por décadas en la relación bilateral, justo una semana antes de que Donald Trump asuma como presidente de los Estados Unidos.
El nuevo acuerdo elimina con efecto inmediato la política migratoria pies secos/pies mojados, que permitía quedarse legalmente en el país a los cubanos que llegan a tierra mientras que los interceptados en el mar eran devueltos a la isla, y el programa Parole que aceptaba a profesionales de la salud cubanos; dos largas demandas del Gobierno de la isla.
Por su parte, Cuba también se comprometió a “garantizar el derecho a viajar y emigrar de los ciudadanos cubanos y de regresar al país, de acuerdo con los requerimientos de la ley migratoria”, que fue modificada por el Gobierno de Raúl Castro en 2013 con importantes cambios como la eliminación del “permiso de salida”.
Según las autoridades cubanas, las relaciones migratorias entre los dos países han estado “marcadas desde el triunfo de la Revolución por la aplicación de políticas agresivas en esta materia por sucesivas administraciones estadounidenses, que alentaron la violencia, la migración irregular y el tráfico de personas, causando numerosas muertes de inocentes”.
“Desde hace varios años, había sido un interés permanente del Gobierno de Cuba adoptar un nuevo acuerdo migratorio con los EE.UU., para solucionar los graves problemas que continuaban afectando las relaciones migratorias, a pesar de la existencia de acuerdos bilaterales en este ámbito”, afirmó el Gobierno cubano.
La política “pies secos/pies mojados” permitía a los cubanos que tocaran tierra quedarse legalmente y acogerse a la Ley de Ajuste de 1996, que otorga la residencia permanente a los cubanos un año y un día después ingresar en EE.UU.
Esa política fue una enmienda de 1995 del presidente Bill Clinton a la Ley de Ajuste -cuya derogación depende del Congreso- para dar respuesta a la “Crisis de los balseros” de 1994, por la que más de 35.000 cubanos emigraron por mar hasta Estados Unidos.
Sobre esa política derogada, el Gobierno cubano indicó que ha sido una “flagrante violación de la letra y el espíritu de los acuerdos migratorios” que ambos países firmaron en 1994 y 1995 a raíz de ese éxodo masivo, así como un “estímulo a la emigración irregular y al tráfico de emigrantes”.
“Su implementación provocó crisis migratorias, secuestros de naves y aeronaves y la comisión de delitos como el tráfico de emigrantes, la trata de personas, el fraude migratorio y el uso de la violencia con un impacto extraterritorial desestabilizador creciente sobre otros países de la región, utilizados como tránsito para llegar a territorio estadounidense”, apuntó Cuba.
Sobre la eliminación del Programa Parole de 2006, el Ejecutivo de la isla señaló que formaba parte del “arsenal para privar al país de médicos, enfermeros y otros profesionales en una virtual operación de robo de cerebros” y fue un “atentado contra las misiones médicas humanitarias y solidarias de Cuba en países del Tercer Mundo”.