Cuatro personas contraen cáncer tras recibir órganos de la misma donante
Con información de ABC
Un trasplante de órgano significa a menudo salvar una vida, pero en esta ocasión los órganos trasplantados eran portadores de una enfermedad mortal que terminó con la vida de tres pacientes. El semanario alemán Focus ha publicado los detalles de un caso en el que cuatro pacientes sufrieron cáncer de mama con metástasis y tres de ellas murieron después de haber recibido trasplantes de la misma donante.
El origen del caso se remonta a 2007, cuando una mujer de 53 años falleció a causa de un infarto cerebral y se procedió a la donación de sus órganos, tal y como ella había establecido en vida. Los últimos exámenes médicos que esta mujer se había hecho no presentaban síntoma alguno de enfermedad, de modo que sus riñones, sus pulmones, su hígado y su corazón fueron trasplantados sin que ninguno de los equipos médicos que participaron en las operaciones se percatase de que la donante estaba enferma de cáncer. Seis años después, cuatro de los cinco receptores habían muerto. Cuatro de ellos desarrollaron cáncer de mama, que terminó en tres casos fatales. El quinto receptor murió de sepsis, una reacción inflamatoria sistémica del órgano.
La primera en enfermar, 16 meses después del trasplante, fue una mujer de 42 años que había recibido los pulmones y a la que le fue diagnosticado un tumor de mama con metástasis en varios órganos. Los análisis de ADN delataron que las células tumorales provenían de los órganos recibidos y la organización Eurotrasplant dio la alerta. En enero de 2010. Gracias a esa alerta fue detectado el resto de los casos.
Según los expertos, la posibilidad de contraer cáncer a partir del trasplante de órganos es muy baja, solo en uno de cada diez mil casos sucede, por lo que no se llevan a cabo comprobaciones rutinarias al respecto. A pesar de la advertencia, que hizo posibles diagnósticos relativamente tempranos, la receptora del riñón izquierdo falleció en 2013 y la receptora del hígado en 2014. El receptor del corazón de la paciente murió a los cinco meses de la operación por una infección y al receptor de un riñón, de 32 años y al que se extrajo de nuevo el órgano y recibió terapia anticancerígena, ha logrado sobrevivir.
Frederike Bemelman, especialista en trasplantes renales de la Universidad de Ámsterdam y que ha expuesto el caso en la revista de la Sociedad de Trasplantes de EE.UU., asegura que las muertes no se deben a ningún déficit de control en el procedimiento de donación y trasplante, además de defender que lo más indicado, llegado este caso, es la extracción del órgano para que «el paciente pueda dejar de tomar medicamentos inmunosupresores y el sistema inmunitario pueda restablecerse y luchar contra las células tumorales».
Pero otros expertos ajenos a este caso, como Graham Lord, profesor de nefrología en el King’s College London, aconseja tener en cuenta la disponibilidad de órganos, el tipo de cáncer y la tasa de supervivencia antes de optar por la extracción. En países con tasas muy bajas de donaciones, como es el caso de los afectados, Alemania y Holanda, las opciones pueden llegar a ser sobrevivir con cáncer o no sobrevivir.
Las Directrices del Consejo de Europa sobre «Salvaguarda de la seguridad y calidad de órganos, tejidos y células» establecen los criterios vigentes para un riesgo «inaceptable» de donación de órganos, en el marco reglamentario es un protocolo adicional al Convenio de 2002 sobre Derechos Humanos y Biomedicina. Desde hace años, sin embargo, y ante la escasez de donaciones, hay autores europeos como Rajeev Desai, del Servicio Nacional de Salud británico, que están pidiendo cuestionar estos criterios, alegando que no aparecen casos comprobados de transmisión de un tumor al donante. De ahí la relevancia de este caso.