Cuatro años de recesión ‘devoraron’ 30% del Producto Interno Bruto
Con información de Panorama
Entre 2014 y 2017, los venezolanos perdieron más del 30% de los bienes y servicios a los cuales podían acceder en la economía, esto ha quedado reflejado en la contracción profunda y sostenida del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía, que el año pasado terminó cerrado en -12%, según datos de la Asamblea Nacional.
La cifra rompió con las proyecciones de analistas que auguraban una desaceleración de la caída, tras 16 puntos de caída en 2016, de acuerdo con la información oficial suministrada a la Bolsa de Valores de Estados Unidos y revelada el pasado diciembre. La reducción de la inversión privada, más la del consumo, por la espiral inflacionaria, conformaron el binomio que terminó de hundir la actividad económica.
En 2014, el Banco Central informó que la contracción del PIB se ubicó en 3,9 y en 2015, en 5,7.
Ecoanalítica ya advertía en octubre que el consumo privado había bajado entre 25% y 26% , lo cual respondía a la caída del poder adquisitivo. El alza de precios escaló hasta 1.369% (datos de la AN) y sobrepasó los cinco aumentos salariales decretados que sumaron 664%.
Hasta el gasto público resultó impactado, destacó Leonardo Buniak, calificador de riesgo bancario. “Aunque parezca inverosímil, el Gobierno está viendo una contracción de su gasto a valores constantes, lo que significa que no tiene la misma capacidad de sostener a la población como consecuencia del proceso inflacionario”, argumentó.
El profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), José Manuel Puente, subrayó que el país en 40 años tuvo uno o dos años de recesión, pero nunca cuatro consecutivos. “Cerca de un tercio del PIB ha desaparecido, y ahora, en el 2018, nos adentramos al quinto año de recesión. Pero, combinado con una sistemática situación de escasez de productos y una fase de hiperinflación”, explicó.
La escena plantea la interrogante sobre si ya entramos en depresión económica, un punto en donde no hay consenso entre los expertos. Buniak asevera que sí, Puente expone que se está en un “colapso macroeconómico”.
Un factor que también ha jugado un papel fundamental en la contracción, desde hace dos años, es la caída de la producción petrolera superior a 700 mil barriles diarios en medio del descenso de los precios del petróleo, lo que implica el recorte de los ingresos en divisas y, por consiguiente, menos dólares para asignarles a los importadores.
“Los ingresos petroleros pasaron de 70 mil millones de dólares a unos valores cercanos a 22 y 23 mil millones de dólares. Pasamos de importar 54 mil millones de dólares en el 2015, a niveles de 18 mil millones de dólares, a cierre del 2017”, precisó Buniak.
Este escenario coloca a Venezuela como la única nación que no creció en 2017 en medio de países latinoamericano como Argentina, que cerró con un PIB de 4,2%, Panamá, con 5,6%; Chile, con 2,2%; incluso, Cuba con 1,6%.
“El país está, lamentablemente, en lo que se conoce en la literatura como un ‘punto fuera del promedio’, ‘outlier’. Ha venido presentando un comportamiento totalmente diferente al resto de América no solo en crecimiento, sino también en inflación, pues el promedio proyectado para la región puede estar sobre el 4% o 5%”, expuso Puente.
“Ninguna economía de América Latina se proyecta a que se contraiga en 2018, la única que se espera con una recesión es Venezuela”, agregó.
Y es que los cálculos del Banco Mundial prevén una caída de -4,2% del PIB; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) apuntó -5,5%. Está claro que podrá continuar el ciclo recesivo, pues a juicio de Puente, la aplicación de reformas tardaría 12 meses en lograr una reacción en la economía y en 2017 no se emprendieron.
La firma Torino Capital, en cambio, pronosticó una pérdida de la demanda agregada de solo 2,5%. “La contracción se verá amortiguada por el alza de los precios del petróleo. Esto, aunado al incumplimiento de algunos compromisos externos, generaría un superávit de cuenta corriente más moderado ($4,6 millardos en 2018 en comparación con $7,0 millardos en 2017), pero que permitiría un pequeño aumento en las importaciones”, asegura.
“Normalmente – continúa- un aumento en las importaciones estaría asociado con crecimiento económico en Venezuela (…), no obstante, la transición hacia la hiperinflación causará daños adicionales a la capacidad de la economía de asignar recursos”.
El analista Leonardo Buniak urgió a que se ejecute un programa de estabilización de la economía, que incluya una unificación cambiaria; avanzar en un acuerdo con los organismos multilaterales, ir a una reestructuración y refinanciamiento de la deuda externa; detener el financiamiento del déficit público a través de dinero “inorgánico” emitido por el BCV y garantizar los recursos para importar productos.
Puente, por su parte, alertó: “No hay posibilidad de que Venezuela cambie su desempeño macroeconómico, de recesión, inflación y escasez, sin un cambio de 180% de políticas económicas”.