¿Cuál es el castillo más grande del mundo?
800 Noticias | Foto: referencial
Entre los espectaculares castillos diseminados por el continente europeo, el castillo de Malbork en Polonia se alza como un coloso de ladrillo, insuperable en magnitud y cargado de historia. Con sus 210 000 metros cuadrados, este gigante gótico es el castillo más grande del mundo. Fundado en el siglo XIII por la Orden Teutónica, Malbork fue el corazón de un estado monástico y militar, forjado por y para la guerra. A medida que nos adentramos en sus murallas, se despliega una arquitectura imponente en la que se esconden siglos de intrigas, batallas y reconstrucciones que tejen la rica historia de este monumento.
¿Cuándo se construyó?
En la década de 1270, los Caballeros Teutónicos, una orden militar y religiosa originada durante las Cruzadas, emprendieron la construcción de una fortaleza que simbolizaría su poder y devoción religiosa. Así nació el castillo de Malbork en Polonia, concebido inicialmente como un monasterio fortificado y centro de comando para las operaciones de la Orden en el Báltico. Su arquitectura gótica, caracterizada por altas bóvedas, arcos puntiagudos y grandes ventanales, se complementó con un uso innovador del ladrillo rojo. Este material no solo era abundante en la región, sino que también permitía una construcción rápida y eficaz, esencial para las necesidades defensivas de la Orden. El diseño de Malbork, meticulosamente planificado, no solo reflejaba la fuerza militar de los teutónicos, sino que también se convertiría en un distintivo visual de su legado arquitectónico en Europa del Este.
El castillo en su apogeo
Con la consolidación del poder de la Orden Teutónica, Malbork ascendió rápidamente, estableciéndose como la capital del Estado monástico de la Orden en 1309. Esta ubicación estratégica facilitaba la defensa y administración del territorio, y le permitía controlar las rutas comerciales vitales, jugando un papel crucial en la Liga Hanseática. Este poderoso consorcio de ciudades mercantiles y gremios potenció a Malbork como un núcleo económico y político significativo en el norte de Europa.
Sin embargo, la fortaleza no estuvo exenta de contratiempos. La Batalla de Grunwald en 1410, donde los ejércitos polaco-lituanos derrotaron a los Caballeros Teutónicos, marcó el comienzo de su declive. Aunque el castillo resistió el subsiguiente Sitio de Mariemburgo, su invulnerabilidad se vio comprometida. A lo largo de los siglos, Malbork cambió de manos múltiples veces, desde teutónicos a polacos, y luego a prusianos, cada cambio dejando una marca en su estructura y función. En la era polaca, se transformó en una residencia real y más tarde, bajo el control prusiano, se adaptó para usos militares.
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