Crónica | El mar llena el hueco que dejó la explosión en el corazón de Beirut
EFE
El mar llena el enorme hueco que una explosión de grandes dimensiones provocó el pasado martes en el corazón de Beirut segando la vida de 158 personas y dejando a la capital del Líbano mal herida.
Trozos de ropa, restos de edificios y de barcos que estaban en el puerto aquel día todavía flotan en el mar que baña el litoral de Beirut.
En la entrada al puerto convertido en fosa sin lápida dos botes con buzos y equipos de rescate trabajan en busca de cuerpos que recuperar.
Desde allí se puede adivinar lo que había en la sección 12 del puerto, donde se encontraba el almacén con 2.750 toneladas de nitrato de amonio que el martes hizo volar esa parte del estuario. Hoy no queda nada salvo el agua que lo inunda todo.
«Solo hemos recuperado tres cuerpos», indicó a Efe una fuente militar que pidió guardar el anonimato.
Lo que sí han encontrado son un «montón de restos humanos» a los que ahora se debe hacer un análisis de ADN para determinar a quien pertenecían.
«Por eso está llevando un poco de tiempo anunciaron las cifras» de víctimas, explicó la fuente.
Desde un bote militar lleno de periodistas y miembros del Ejército, se podía divisar el sábado un buque que aguantó la embestida de la explosión y que renguea zarandeado por las olas para mantenerse a flote.
El daño se hace patente a medida que uno se acerca más y más a un puerto lleno de contenedores despedazados y edificios derrumbados, una estampa propia de un escenario de guerra.
También desde la embarcación se divisan docenas de rescatistas que trabajan entres escombros perforando cerca de una carpa azul.
“Hemos ayudado a 11 equipos de rescate junto a equipos libanesas que están trabajando en las tareas de búsqueda», dijo a Efe en el bote el coronel Roger Khoury.
Todavía no está permitido el acceso a la parte del puerto en la que se produjo la explosión para mantener «limpia» la escena de la tragedia para la investigación.
Hoy sin embargo pasó por allí el primer ministro, Hasan Diab, junto a otro grupo de periodistas con los que visitó el lugar del horror.
La explosión deja un balance de más de 6.000 heridos y al menos 158 muertos, según el Ministerio de Salud que hoy tras días de especulación y de cifras sin confirmar indicó que hay 21 desaparecidos.
El suceso ha conmocionado al Líbano que aún se pregunta cómo 2.750 toneladas de un fertilizante altamente volátil permanecieron en un almacén durante seis años sin que nadie hiciera nada.
Alrededor de una veintena de personas han sido detenidas, incluidos los últimos dos directores de Aduanas y el director del puerto que han sido aprehendidos mientras se desarrollan las investigaciones.
Diab aseguró hoy que los culpables responderán por el suceso, una frase que las autoridades han repetido incesantemente en las últimas horas.
El presidente, Michel Aoun, señaló el viernes que no se descarta ninguna hipótesis y que la investigación determinará si la explosión se debió a un acto de negligencia o se pudo deber a una intervención externa, un misil «o cualquier otro acto».
Ni Aoun ni el líder del partido proiraní, Hasan Nasralá, quieren que en esa investigación participen extranjeros alegando la soberanía del Líbano para manejar sus asuntos.
Queda por determinar qué fue lo que generó el fuego en el almacén y desencadenó la tragedia.
“Necesitamos un astrólogo para saber qué causo la explosión», dijo el coronel Khoury al ser preguntado al respecto.