Crónica: Armas y dinero negro, peligros que llegan a México cruzando la frontera EE.UU.
EFE
La llegada de armas de fuego y de dinero negro son dos grandes peligros provenientes de Estados Unidos que impactan a México, fortaleciendo los cárteles de la región y su estela de violencia, y probando que la porosidad de la frontera común también se da de norte a sur.
“Hay estimaciones de que entre el 10 % y el 15 % del Producto Interno Bruto (PIB) está vinculado a actividades que se llevan a cabo por grupos delictivos que aprovechan las ventajas de la frontera”, dijo a Efe el experto José María Ramos.
Para ese profesor-investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte (Colef), el lavado de dinero es un tema “complejo” que, en el caso mexicano, adolece de una falta de fortaleza institucional para controlarlo.
Según el informe “Lavado de dinero: indicadores y acciones de gobierno binacionales” (2012) de la Cámara de Diputados de México, el Centro Nacional de Inteligencia sobre Narcóticos de EE.UU. (NDIC, en inglés) estimó que cerca de 39.000 millones de dólares se lavan fuera de sus fronteras.
El lavado de dinero lo “desarrollan sobre todo las organizaciones criminales de Colombia y México”, agregó el escrito.
Y según el Congreso de Washington D.C., anualmente entre 19.000 y 29.000 millones de dólares de ganancias ilícitas “fluyen desde Estados Unidos hacia cárteles del narcotráfico y otros grupos criminales en México”.
Ricardo Gluyas, especialista en prevención de lavado de dinero y profesor del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), estudió otro vector igualmente importante, el transporte físico de dinero del norte al sur de la frontera.
Un goteo incesante de billetes que cruza hacia México en “todo tipo de formas”; desde contrabando a pie o escondido en vehículos de carga.
“El dinero proviene sobre todo de la economía clandestina de organizaciones delictivas. Y esto debería de ser objeto de control, ya que permite financiar los grupos criminales en México”, apuntó Gluyas, autor del “Estudio jurídico-penal del delito de contrabando equiparado en México”.
Según la firma KPMG, el contrabando de dinero en efectivo desde Estados Unidos a México fue de 25.000 millones de dólares en 2006, según refleja un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC) del 2011.
Control pobre
Para Gluyas, el contrabando se debe a que el control aleatorio en frontera es insuficiente y a la falta de revisión dentro de Estados Unidos, especialmente para los vehículos de carga.
A este ingente volumen de dinero, que potencia el poder de los cárteles en México, se le suma el tráfico de armas desde el norte.
“Hay facilidad para ingresar las armas hacia México y traficarlas hacia el interior y hacia Centroamérica”, apuntó Ramos, quien denunció que faltan herramientas de control en la frontera tan simples como “detectores de metales”.
Aunque hay pocos datos al respeto, el Segundo Informe de Labores de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) contabilizó que al 31 de julio de 2014 se habían incautado 8.540 armas largas vinculadas a la delincuencia organizada.
Rastreadas con el apoyo de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos, se identificó que “aproximadamente el 70 % de estas” provenían de Estados Unidos.
En la polémica reunión de finales de agosto entre el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, y el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ambos recordaron la necesidad de abordar la problemática que gira en torno a la frontera.
Para Peña Nieto, desde Estados Unidos se tiene una visión “incompleta” que olvida que “los flujos de dineros y armas” que llegan a la nación latinoamericana fortalecen “cárteles y otras organizaciones criminales que generan violencia en México”.
Si bien Trump habló también de este trasvase “de armas y efectivo”, se centró en la problemática de la “inmigración ilegal” que entra cada año a Estados Unidos, y reiteró en suelo mexicano que construirá un muro a lo largo de toda la frontera común.
No obstante, para la doctora e investigadora experta en migración internacional Elisa Ortega, esta visión simplificada de Trump de la frontera se traduce en “situaciones de extrema vulnerabilidad” para los miles de indocumentados que cada año recorren miles de kilómetros en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos.
“Esto los hace presas fáciles para las bandas del crimen organizado”, recordó la especialista.