Cronenberg perturba en Cannes con una película sobre el dolor
EFE | Foto: Referencial
El fallecimiento de su mujer hace siete años llevó a David Cronenberg a creer que no volvería a hacer cine pero no fue así y ahora con «The Shrouds», presentada este martes en la competición de Cannes, ha hecho una especie de ejercicio para liberarse del dolor que esa pérdida le provocó.
Una película que ha perturbado en el festival, con su idea de introducir cámaras en los féretros de los seres queridos para ver cómo se descomponen. «Algunos planos son desasosegantes», reconoció en rueda de prensa uno de los protagonistas, Vincent Cassel.
«El filme es como un sueño o una pesadilla», agregó el actor francés, para quien «cada persona tiene su propia manera de afrontar el dolor y la pérdida del ser amado, parece loco llegar a esos limites, pero son las cosas que hacemos cuando no podemos lidiar con la realidad».
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«The Shrouds» cuenta cómo Karsh (Cassel) no puede superar la muerte de su mujer, Becca (Diane Kruger). Y es el dueño del cementerio en el que está enterrada, un lugar de alta tecnología, que en cada féretro instala una cámara que transmite en directo la descomposición de los cuerpos, ya sea al móvil o a una pantalla instalada en la lápida.
Su obsesión le lleva a empezar a construir teorías conspiranoicas sobre el trato que sufrió su mujer en el hospital y en ello implica a la hermana gemela de la fallecida.
En realidad, apuntó Cassel, «es una poética historia de amor y creo que hay esperanza al final».
Una película que ha sido mal recibida entre la crítica, algo que sentó muy mal al director canadiense, conocido por su estilo complejo y provocador y responsable de títulos como La mosca (The Fly, 1986) o Crash (1996).
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