Cristina Fernández pide a izquierdas entender cambios ante oleada derechista - 800Noticias
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EFE

La expresidenta de Argentina Cristina Fernández dijo este jueves en Quito que las fuerzas populares de la región deben entender los cambios que se han dado en Latinoamérica para encarar de una mejor manera lo que denominó la nueva «oleada de la derecha».

Fernández aceptó que las fuerzas progresistas han sufrido reveses en varios países suramericanos, pero dijo que para las izquierdas es imprescindible reforzar la inclusión de la gente en política, para recuperar la confianza sobre los proyectos políticos, que en la última década lograron avances sociales como nunca antes.

La exmandataria hizo el  pronunciamiento durante  una conferencia titulada «Situación actual de la Argentina, organización para la victoria», en el marco del III Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP), que se desarrolla en Ecuador y que concluirá este viernes.

Fernández aseguró que en la primera década de este siglo, regímenes progresistas como el suyo alcanzaron mejoras en el nivel de vida de la población, como no ocurrió antes y dijo que ello se debió a que la correlación de fuerzas que  favoreció a los procesos «nacionales, populares y democráticos» que surgieron en la región.

Sin embargo, insistió en que esa relación de fuerzas ha cambiado y que muestra de ello es que los grupos de derechas lograron destituir a la exmandataria brasileña Dilma Rousseff.

Para Fernández, hay «hilos conductores» que ponen en evidencia la estrategia de las elite para vulnerar a los procesos progresistas en la región y que se sustentan en la articulación de «medios de comunicación hegemónicos» con «procesos de judicialización» y una reacción social.

Aseguró que cuando estuvo en el poder se vio sometida a una despiadada crítica mediática y que hubo varios intentos de las elite para que recorriera el mismo camino de su colega Rousseff.

También comentó que fueron algunos sectores de grupos pudientes de la sociedad los que protagonizaron protestas contra su administración.

Según Fernández, se pueden advertir esos «hilos conductores» en varios procesos en Latinoamérica, como si se tratara de un «enlatado que viene de otro lado», por sus aparentes conexiones extrarregionales.

En Argentina, sostuvo, también se ha producido una disociación en la población pobre que en su administración llegó a mejorar su nivel de vida y que ahora, en el gobierno de su sucesor Mauricio Macri, soportan políticas que perjudican su condición.

«Las transformaciones que se han operado en estos primeros diez meses (de Macri) son realmente impactantes, por el blindaje mediático y de cómo han impactado en el conjunto de la población», afirmó Fernández.

Aseguró que la devaluación monetaria alcanza con Macri el 50 por ciento, porcentaje similar a la inflación, y se lamentó del gran aumento en las tarifas de los servicios públicos.

Criticó el desempleo, la caída del salario y de su poder adquisitivo, el pago que ha hecho el Gobierno actual a los llamados «fondos buitres» y las bajadas en el consumo y en la industria.

Para ella, las «fuerzas de la restauración» conservadora «tienen un comportamiento similar» y una clara visión para intervenir con políticas antipopulares en la situación económica y social de los países.

También habló de una «gran crisis en el mundo desarrollado que, por supuesto, van a tratar de exportar a la periferia» y dijo que es necesario que el progresismo comprenda la nueva correlación de fuerzas.

Según ella, las fuerzas políticas populares deben «entablar con la sociedad un diálogo que sea inteligible, que sea entendible para la sociedad, que tenga que ver con sus intereses, con lo cotidiano».

«Si algo no podemos permitirnos (…) es equivocarnos», agregó la exmandataria argentina y apuntó que, si bien pueden darse retrocesos, «muchas veces, para poder saltar más lejos y más fuerte hay que dar un paso atrás para tomar envión (impulso)». EFE

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