Crisis empuja a jóvenes a la prostitución en Venezuela - 800Noticias
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Seis días antes de cumplir 21 años, la venezolana Wilmari Del Valle debió tomar una crucial decisión empujada por la crisis que se ha exacerbado durante la pandemia del nuevo coronavirus y la urgente necesidad de mantener a su bebé de dos meses. El 20 de mayo lo recuerda aún más que su cumpleaños. Ese día salió por primera vez a las calles de Caracas a trabajar como prostituta.

El caso Wilmari no es aislado. A plena luz del día es fácil toparse en calles de la capital venezolana con adolescentes y jóvenes que junto a mujeres adultas practican la prostitución en medio de la cuarentena, algunas con tapabocas colgados en el cuello y otras sin ningún tipo de protección contra el virus, según constató The Associated Press.

La prostitución no está penada en Venezuela y en las calles se puede ver a estas trabajadoras desde el mediodía y hasta la noche sin ningún tipo de control de las autoridades policiales, que suelen hacer labores de vigilancia callejera cerca de las vías donde ellas operan.

Durante la crisis agravada por efecto de la depresión mundial desatada por la pandemia se han multiplicado los reportes de prostitución, especialmente entre niñas y jóvenes, de acuerdo con las evaluaciones de dependencias de Naciones Unidas y los estudios de campo y denuncias recibidas por siete organizaciones humanitarias locales consultadas por la AP.

A pesar de ser un problema de envergadura, algunos de los activistas consultados se quejaron de que el Ministerio de Salud no suministra desde hace varios años cifras sobre las trabajadoras sexuales y aseguraron que deben trabajar “a ciegas” de forma empírica. Las estadísticas oficiales que se tienen datan de 1997 y refieren que en la nación suramericana había 371.000 trabajadoras sexuales.

La hermana Maritza Fernández, de la congregación de las religiosas adoratrices que mantienen programas de atención a trabajadoras sexuales en varias ciudades de Venezuela y otros países de Latinoamérica, Europa y Asia, afirmó que durante esta crisis “ha aumentado” el número de personas que se dedican a la prostitución porque “no hay trabajo, empleo, todo (está) cerrado”.

Fernández indicó que por contactos que mantiene con una treintena de trabajadoras sexuales que visitan semanalmente la congregación, en el este de Caracas, y entrevistas que realizaron en el centro de la ciudad, encontraron que una porción de ellas eran menores de edad y otras se encontraban en actividades de prostitución junto a sus hijas, de entre ocho y 12 años, que también terminaban ofreciendo servicios sexuales.

Al referirse al impacto de la crisis entre las mujeres venezolanas, el representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) en Venezuela, Jorge González Caro, afirmó que la organización encendió las “alertas” por el aumento de los casos de feminicidio en medio de la cuarentena y por las uniones tempranas que se realizan por seguridad y necesidades económicas.

Asimismo, González Caro dijo a la AP que la crisis ha generado un “número muy importante” de movilizaciones internas y migratorias, y que en medio de ese proceso se ha incrementado el riesgo para las mujeres y niñas venezolanas de “ser captadas por redes de tráfico de mujeres, de explotación sexual” y de ser “sometidas a situaciones de cambio de sexo por alimentos u otros favores”.

La decisión que están tomando algunas jóvenes venezolanas de entrar en el mundo de la prostitución se da en el peor momento.

Así lo ratificó el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Marcos Espinal, quien expresó que las trabajadoras sexuales “se encuentran entre las más vulnerables” al impacto económico del coronavirus. De acuerdo con las cifras que maneja la OPS en la región y dependiendo del país, se estima que entre 1% y 5% de la población adulta de mujeres laboran como trabajadoras sexuales, según estimaciones de ONUSIDA.

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