Crisis climática | La «nueva pandemia» que América
800Noticias | EFE
La crisis climática es ya una «nueva pandemia» y su «reloj de destrucción» del planeta solo se detendrá si los países destinan dinero, tiempo y recursos humanos a la transición hacia la energía renovable, concluyeron este miércoles líderes de América reunidos en una cumbre virtual.
Durante el «Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas», los presidentes y ministros de siete países de Latinoamérica y el Caribe hicieron énfasis en la urgencia de diseñar mecanismos innovadores que hagan posible una acción climática «efectiva» en esta parte del mundo y una recuperación económica pospandemia.
En ese sentido y al pronunciar el discurso de apertura del encuentro, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, propuso que «las lecciones aprendidas» con las vacunas durante la problemática que generó la Covid-19 se apliquen «a la siguiente pandemia que ya se padece, la del cambio climático».
A juicio del mandatario argentino, «no hay una crisis ecológica ajena a la crisis social y a las necesidades de replantear los pilares de la arquitectura financiera internacional», por lo que «la riqueza en el mundo debe ser ponderada desde una nueva visión y no con una sensibilidad centrada en otras cosas que no sea el medioambiente».
LOS PODEROSOS DEBEN AYUDAR MÁS
A la cita medioambiental de hoy, que precede a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), que se realizará en octubre en Escocia, acudieron representantes de Argentina, Colombia, Barbados, Chile, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.
Asimismo, estuvieron el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y el enviado especial para el Clima de EEUU, John Kerry, entre otros líderes regionales.
Precisamente, Guterres pidió apoyo para América Latina y el Caribe en su transición a la energía renovable y llamó a donantes y bancos a que dediquen la mitad de sus fondos de lucha contra la crisis climática a la adaptación de los países en desarrollo.
«La adaptación sigue siendo la mitad desatendida de la ecuación del clima, con solo un 21 % de la financiación dedicada a ello», subrayó el diplomático, que indicó además que los países en desarrollo necesitan 70.000 millones de dólares al año para lograrlo, una cifra que podría «cuadriplicarse al final de esta década».
En el mismo sentido se pronunció el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, quien solicitó mirar hacia un «nuevo contrato global» contra la crisis climática y afirmó que es necesario un mayor compromiso de los responsables de las emisiones contaminantes.
«Tenemos que cambiar. Es clave hacer nuestra parte, pero que también los países desarrollados, el G20, hagan su parte, si no estaremos fracasando», expresó.
Como prueba de lo anterior, Alvarado recordó que mientras Estados Unidos, China, Japón, Corea del Sur, Irán, Rusia, India, Alemania, Arabia Saudí y Canadá concentran la mayor cantidad de emisiones, Centroamérica y el Caribe es la zona más vulnerable a los desastres naturales extremos por el cambio climático.
Por ello, la ministra chilena de Medio Ambiente y presidenta de la COP25, Carolina Schmidt, llamó a los grandes emisores a enfrentar la realidad «con la responsabilidad y sentido de urgencia que la sociedad, la ciencia y la vida en el planeta demandan».
Para Schmidt, la actual crisis es «el mayor desafío» que tiene esta generación, por lo que enfrentarla resulta un «imperativo ético, social y económico», ya que «no hay sector, industria o actividad que no se vaya a ver profundamente impactado».
La idea fue secundada por el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, quien abogó por un fortalecimiento de la financiación a los países en desarrollo, al tiempo que exigió a las naciones que por sus dimensiones y potencialidad industrial tienen un mayor impacto en el calentamiento global y sus perniciosas consecuencias, que ejerzan su «responsabilidad».
Sin esa «visión, o comprensión, el avance será cuando menos minúsculo», precisó.
PROPUESTAS DE AMÉRICA PARA EL MUNDO
A la hora de hacer propuestas que trasciendan las fronteras a favor de la lucha contra la crisis climática, el presidente de Colombia, Iván Duque, solicitó la «conmutación o condonación efectiva de créditos» para los países de América Latina que cumplan sus metas climáticas, debido a su limitada capacidad fiscal para atender las emergencias derivadas de la pandemia del coronavirus.
Un paso más allá en el compromiso de transformación dio la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, quien comentó que el plan de su país para 2030 es convertirse en el primer Estado insular libre de productos fósiles.
«La meta es llegar a cero. Esto se logra con inversiones, energías renovables y la transición al uso de vehículos eléctricos», aseguró.
Con contundencia y al dar por finalizado el encuentro de este miércoles, el canciller argentino, Felipe Solá, insistió en que la acción por el clima «debe ser común» y las decisiones «tienen que ser de todos» para que exista «una conciencia capaz de presionar (…) a los más contaminadores».
ULTIMÁTUM CLIMÁTICO
A pesar de las buenas intenciones de los participantes en el «Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas», el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, denunció a lo largo de la jornada la desigualdad regional para acceder a financiamientos que permitan hacerle frente al cambio climático.
Esta realidad, apuntó, «debe ser un punto importante en la discusión de la recuperación poscovid ya que la creación de un mundo igualitario, inclusivo y resiliente al clima pasa necesariamente por impulsar el desarrollo compatible con la naturaleza para todos los países».
De hecho, ahondó su homólogo de Panamá, Laurentino Cortizo, la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático (COP26) es la «última» oportunidad que tiene la humanidad para preservar el planeta y por tanto esa «reunión no puede fracasar».
Kerry fue aún más enfático: «La naturaleza nos está gritando. Nos está enviando mensajes todos los días de que no estamos haciendo lo suficiente».