Cremas nocturnas, el secreto de la Bella Durmiente
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Despertar con un cutis apagado, con bolsas, ojeras, y arrugas marcadas es sinónimo de mala cara. Quizás la causa no está en la almohada, sino en las pocas horas de sueño y, de seguro, en que no te aplicas una crema facial adecuada. Si eres una sonámbula empedernida y no cuidas debidamente tu piel con cremas nocturnas, serás una vieja prematura. ¡Qué rudo!, pero es la verdad.
Por si no lo sabías, el sueño es esencial para que al día siguiente tengas un rostro radiante. Tan solo una hora después de conciliarlo el organismo comienza a producir la hormona de crecimiento; se fortalece el sistema inmunológico; aumenta el metabolismo; la microcirculación es más activa, lo que induce a que se produzca una serie de intercambios, más intensos, entre el aporte de nutrientes y la eliminación de toxinas. Entre la 1:00 y 3:00 de la madrugada hay un aumento de temperatura lo que provoca sudoración y, por tanto, pérdida de agua. Al mismo tiempo, se activa el proceso de regeneración de la piel.
Durante la noche, el rostro no está expuesto a la agresión de los factores del medio ambiente como la luz solar, el viento y la contaminación, por lo que la piel está más receptiva a la aplicación de algún tratamiento de belleza. Si la crema diurna la humecta y protege de los rayos solares, la nocturna, la nutre, estimula, repara y regenera. ¿A qué no lo sabías? Ok, ya lo sabes… Cero excusas entonces con la flojera: ni te acuestes sin desmaquillarte y mucho menos sin aplicarte una crema nocturna.
CÓMO SON LAS CREMAS NOCTURNAS
Todas las firmas de belleza han desarrollado cremas nocturnas con fórmulas que incluyen ingredientes y principios activos enfocados en esa renovación celular. Básicamente, son antiarrugas, nutritivas y reafirmantes.
Además de humectar la piel, aumentan la producción de colágeno, reparan el ADN, ayudan a la eliminación de toxinas, y brindan un plus de beneficios antiedad para que la piel amanezca mucho más fresca, relajada, y por ende más joven. Su textura es más densa, de gran penetración, pero que aporta una sensación de frescor y elasticidad.
Casi todas incorporan poderosos antioxidantes como la vitamina A, C, y E, en dosis más concentradas, para combatir el fotoenvejecimiento, minimizar manchas, aportar luminosidad y mejorar la textura de la piel. De igual forma, componentes que forman parte de la estructura de la piel como oligoelementos, aminoácidos, colágeno, y ácido hialurónico, que nutren y revitalizan la piel.
Algunas tienen ingredientes que, al ser fotosensibles, se usan solo por la noche, como el ácido retinoico, específico para renovar la piel y suavizar arrugas. Otras contienen extractos vegetales, como la phytoflavonas y la soja, que combaten los trastornos hormonales típicos de la menopausia, ó, activos que ayudan a minimizar esas líneas de expresión que marcan el entrecejo y el borde de los labios.
La cosmética nocturna también le saca provecho a la aromaterapia e incluye en sus fórmulas aromas que relajan e invitan al sueño.
CÓMO APLICAR UNA CREMA NOCTURNA
Para obtener los beneficios que éstas prometen, antes de acostarte, deberás repetir tu rutina de belleza, es decir: desmaquillar, limpiar y tonificar la piel. Solo así, tu cutis estará libre de impurezas y listo para recibir ese tratamiento reparador.
Al momento de aplicarla, vas a tomar un poco de producto (del tamaño de una nuez) y lo vas a distribuir en la frente, las mejillas, barbilla y cuello.
Luego, con un leve masaje y suaves movimientos circulares y de presión, repartes del centro hacia los lados. Sobre las mejillas, colocas toda la palma de la mano y deslizas hacia los extremos; y sobre el cuello, igual, con ambas palmas de tus manos, masajeas de forma descendente hasta el escote.