Crece la presión sobre Biden tras acercamientos a Venezuela
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El gobierno estadounidense se veía bajo una creciente presión para empezar a levantar sanciones sobre Venezuela, después de que Nicolás Maduro liberase a dos presos estadounidenses y prometiera reanudar las negociaciones con la oposición.
El gesto de buena voluntad de Maduro se produjo tras el viaje a Caracas de miembros de alto rango de la Casa Blanca y el Departamento de Estado durante el fin de semana, que tomó por sorpresa a amigos y enemigos del líder chavista.
Aunque el gobierno del presidente Joe Biden no dijo mucho sobre lo que se había comentado a puerta cerrada, Maduro -que llevaba años buscando reuniones directas con Estados Unidos- presumió orgulloso de que se había seguido un cuidadoso protocolo y elogió la imagen de las banderas de ambos países unidas.
Durante los últimos cinco años, y con escaso éxito, Estados Unidos ha empleado desde duras sanciones petroleras a cargos penales y apoyo a intentos de golpe en su campaña para destituir a Maduro y restaurar lo que considera como la democracia robada a Venezuela.
Pero la invasión rusa de Ucrania ha trastocado el orden mundial, obligando a Estados Unidos a reconsiderar sus prioridades de seguridad nacional. Los estados petroleros hostiles bajo sanciones estadounidenses, como Irán y Venezuela, son los beneficiarios más probables conforme Biden intenta aliviar el impacto del veto a las importaciones de petróleo ruso, que impulsa unos precios al alza que ya habían llevado la inflación a su nivel más alto en cuatro décadas.
“Claramente en algún nivel se tomó una decisión de abandonar algunos de los pilares de la política estadounidense hacia Venezuela en los últimos años”, dijo Brian Winter, vicepresidente del Council of the Americas. “Pero hasta que sepamos qué intenta conseguir exactamente el gobierno de Biden, será difícil evaluar hasta dónde llegará esta tregua”.
Las autoridades estadounidenses no han detallado otros resultados concretos de las conversaciones lideradas por Juan González, responsable para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional.
Era la primera visita a Venezuela de un funcionario de la Casa Blanca desde que Hugo Chávez dirigía el país a finales de la década de 1990, y una inusual oportunidad de abordar cuestiones de política con la administración chavista.
Un funcionario dijo que fue “un diálogo constructivo, diplomático pero muy sincero” y que no supuso ningún quid pro quo pero permitió al gobierno estadounidense compartir con Maduro su “visión del mundo”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el miércoles que era un gesto alentador que Maduro decidiera regresar a las negociaciones en México con sus rivales. Pero ni ella ni nadie más en el gobierno estadounidense aclararon cómo respondería Estados Unidos, si es que lo hacía. “Hay una serie de asuntos de cara al futuro, pero ahora mismo sólo celebramos el regreso de los dos estadounidenses”, dijo Psaki.
Uno de los dos estadounidenses liberados, el directivo de petróleo Gustavo Cárdenas, llevaba encarcelado en Venezuela desde 2017, cuando él y varios colegas de la firma con sede en Houston Citgo fueron atraídos a Caracas para lo que creían era una reunión de la junta de su empresa matriz, la petrolera estatal Pdvsa.
En lugar de eso, agentes de seguridad con rifles de asalto y el rostro cubierto irrumpieron en la sala de conferencias y detuvieron a los directivos. Después fueron condenados por delitos de corrupción derivados de un plan nunca ejecutado para refinanciar unos 4.000 millones de dólares de bonos de Citgo ofreciendo una participación del 50% en la empresa como garantía.
En un comunicado el miércoles, Cárdenas dijo que sus más de cuatro años en prisión habían “causado mucho sufrimiento y dolor, mucho más del que puedo expresar con palabras”.
Los ocho estadounidenses que siguen detenidos en Venezuela, incluidos cinco colegas de Cárdenas en Citgo, son un importante obstáculo para normalizar las relaciones con Maduro.
Pero incluso aunque la liberación de los demás prisioneros parezca improbable, Winter señaló que ahora había una pequeña oportunidad para mantener el acercamiento, mientras Estados Unido se posiciona para un largo pulso geopolítico con Rusia.
Para ver leer la información completa vea El Nuevo Herald.