Crean un nuevo parámetro para diagnosticar el síndrome de fatiga crónica
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El síndrome de fatiga crónica es un trastorno que se caracteriza, como su nombre indica, por experimentar un tremendo cansancio que impide llevar a cabo las tareas cotidianas hasta el punto de ser incapacitante, y que no se explica por un esfuerzo previo. Afecta sobre todo a las mujeres y su origen no se ha podido determinar con exactitud, aunque se atribuye a diferentes factores, como una infección vírica, causas hormonales o inmunológicas, e incluso a problemas psicológicos.
Diagnosticar esta afección no es fácil, y ahora el cardiólogo Juan Antonio Corbalán, conocido por ser uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia de España, ha aplicado su experiencia como deportista de élite al ámbito de la medicina del deporte con unos excelentes resultados, ya que sus investigaciones sobre la encefalomielitis miálgica, más conocida como síndrome de fatiga crónica, introducen un nuevo parámetro que permite identificar de manera precisa y sencilla esta compleja enfermedad.
Además, reduce de dos días a uno sólo las pruebas que realizan los pacientes para su diagnóstico. Los resultados de su trabajo se han publicado en Journal Clinical Medicine con el apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular FIC.
La sospecha clínica de la enfermedad incluye cinco síntomas principales: fatiga extrema, dolor musculoesquelético, trastornos del sueño, deterioro cognitivo y trastornos inmunológicos. Como el principal síntoma principal es la fatiga extrema o astenia, Corbalán ha creado un indicador que describe el alcance del deterioro funcional para apoyar la sospecha clínica que define esta condición: el Índice de Limitación Funcional (ILF).
Diagnosticar la fatiga crónica y el grado de afectación del paciente
“Cuando empecé a estudiar a estos pacientes me di cuenta de que era necesario compararlos con personas sanas, así que comencé a realizar sistemáticamente el protocolo de diagnóstico a pacientes que venían a consulta por otros motivos y fui creando una base de datos”, explica Corbalán. “Esto me permitió, manejando todos los datos, crear el ILF que creo que es claramente sensible para evaluar tanto la enfermedad, como el grado de afectación entre pacientes diagnosticados, así como su diferenciación con el resto de grupos de control (personas normales y atletas)”, añade el cardiólogo de la Unidad de Investigación del Síndrome de Fatiga Crónica y Fibromialgia de Vithas Internacional en Madrid.
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