Corea del Norte señaló a EEUU como su “mayor enemigo”
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El presidente norcoreano, Kim Jong-un, ha afirmado que Estados Unidos es el “mayor enemigo” de su país; una declaración provocadora contra la primera potencia mundial cuando faltan menos de dos semanas para que Joe Biden sea investido presidente.
Kim Jong-un también aseguró que su país se dotará de un submarino nuclear, informó el sábado la agencia oficial KCNA.
Pyongyang “debería centrarse y desarrollarse para subvertir a Estados Unidos, el mayor obstáculo para nuestra revolución y nuestro mayor enemigo”; dijo durante el octavo congreso del partido gobernante, según la agencia.
Kim ha hecho esta declaración a 12 días de que Joe Biden asuma el cargo de presidente; el 20 de enero, y tras mantener una relación tumultuosa con el mandatario saliente, Donald Trump.
Después de proferir insultos y amenazas de guerra nuclear, Kim Jong-un y el presidente de Estados Unidos; Donald Trump, han protagonizado un acercamiento extraordinario, con encuentros históricos y simbólicos.
Pero no ha habido progresos en el espinoso tema de los programas nucleares y balísticos de Pyongyang. Y las negociaciones están en punto muerto desde el rotundo fracaso de la segunda cumbre entre los dos mandatarios a finales de febrero de 2019 en Hanói.
Una de las razones de este estancamiento ha sido la falta de consenso sobre las concesiones que tendría que hacer Corea del Norte a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que le fueron impuestas.
“Quienquiera que esté en el poder (en Estados Unidos),;la verdadera naturaleza de su política contra Corea del Norte no cambiará nunca”, dijo Kim Jong Un sin nombrar a Joe Biden, según KCNA.
Palabras que equivalen a una provocación hacia el nuevo gobierno estadounidense.
Capacidad armamentística nuclear
Kim Jong Un, ha asegurado en un discurso que el país mejorará su capacidad armamentística nuclear mediante el desarrollo de nuevas armas cuyo objetivo es desarrollar “un escudo nuclear perfecto”.
Bajo la presidencia de Biden se espera que Estados Unidos vuelva a un enfoque más tradicional respecto a Pyongyang; insistiendo en la necesidad de progresos significativos al nivel del grupo de trabajo antes de que se pueda plantear siquiera un nuevo encuentro entre jefes de Estado.
Por su parte, Corea del Norte justifica sus programas nucleares (prohibidos por la comunidad internacional); alegando que Washington supone una amenaza para la supervivencia del país.
Durante décadas el gobierno norcoreano ha destinado muchos recursos al desarrollo de estos programas; a pesar de que trajeran consigo sanciones muy perjudiciales para su economía y población.
Desde que Kim llegó al poder hace nueve años, estos programas han hecho avances considerables; incluidas varias pruebas nucleares y el ensayo de un misil que podría alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.
El intermediario fue el presidente surcoreano Moon Jae-in
El intermediario del proceso entre Kim y Trump fue el presidente surcoreano Moon Jae-in; pero el líder norcoreano acusó a Seúl de violar los acuerdos intercoreanos. Pyongyang reprochó a Seúl que ignorara sus advertencias que reclamaban que “pusiera fin a las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos”.
En la reunión del Partido de los Trabajadores; el dirigente norcoreano también anunció que su país ha llevado a cabo un plan para dotarse de un submarino nuclear.
“Se ha completado una nueva investigación de planificación para un submarino de propulsión nuclear y está a punto de entrar en el proceso de evaluación final”, declaró, según la agencia.
El país debería “desarrollar más la tecnología nuclear” y producir ojivas nucleares ligeras y de pequeño tamaño para ser utilizadas “dependiendo de los blancos en el punto de mira”, agregó.
El líder hizo estas declaraciones ante el partido durante una presentación de trabajo de nueve horas; a lo largo de tres días, cuyos detalles KCNA reveló por primera vez el sábado.
Este congreso tiene como objetivo reforzar la autoridad del gobierno. Los expertos en Corea del Norte lo siguen de cerca en busca de posibles señales de cambio en la política de uno de los países más aislados del mundo.