Convierten su vehículo en una piscina - 800Noticias
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Internetes esa caja de sorpresas en la que uno puede encontrarse absolutamente de todo. Pero las redes sociales son, además, el lugar en el que tienen cabida los retos más extraños y las ideas más alocadas para que millones de personas puedan verlo desde cualquier lugar del mundo. Y la que se ha llevado a cabo en Australia es de las más bizarras que se recuerdan.

Todo comenzó hace algunos meses cuando Michael Alexander Phillippou, uno de los youtubers más famosos de Australia, tuvo una idea: convertir un coche en una piscina y conducir con él por una carretera convencional. La locura caló en su hermano gemelo y ambos se pusieron manos a la obra, junto a un taller mecánico que iba a lograr lo imposible.

Tardaron meses en conseguirlo, ya que hubo que sacar todos los circuitos eléctricos que lleva un coche y montarlos en el exterior. Después, se hicieron con un equipo de buceo para poder respirar debajo del agua y, cuando todo estuvo a punto, llenaron el coche de agua hasta convertirlo en una piscina. Solo faltaba por ver si el invento funcionaba o terminaba en fracaso.

Una piscina rodante

Tal y como explica el propio Michael en el vídeo que subió a sus redes sociales y que acumula millones de visualizaciones, la preparación duró varios meses, pero valió la pena. Cuando todo estuvo preparado arrancó y pudieron salir a una carretera australiana mientras eran grabados desde otro vehículo que les acompañaba y recibían las miradas de todo aquel con el que se cruzaban.

La policía ha detenido a Michael acusado de conducción temeraria, conducir sin carné y no llevar puesto el cinturón de seguridad

Los tres viajeros llegaron hasta una gasolinera para comprar unas cervezas, ya que ironizaron con que estaban deshidratados por el calor, y completaron el viaje de vuelta hasta el taller sin mayores complicaciones. Habían conseguido su objetivo y las redes sociales les han aplaudido por ello… aunque no todo iba a terminar bien.

Tal y como explica Car and driver, el vídeo se viralizó en enero de 2019 en Australia, pero ha sido ahora cuando Michael ha sido detenido por la policía acusado de conducción temeraria, conducir sin carné e, incluso, no llevar puesto el cinturón de seguridad, por lo que se enfrenta a penas que pueden llevarle dos años a la cárcel. Un ejemplo más de que no todo vale por conseguir unos likes.

Con información de El Confidencial. 

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