Continúan las tareas de rescate tras el tsunami en Indonesia
EFE
Los equipos de emergencia reanudaron las tareas de rescate tras el tsunami que golpeó el oeste de Indonesia el sábado por la noche y causó 222 muertos, 843 heridos y 28 desaparecidos, según el último balance de víctimas.
Los expertos creen que el tsunami fue desencadenado por la erupción del volcán Anak Krakatau, que provocó un corrimiento de tierra submarino en el estrecho de Sonda, entre las cercanas islas de Java y Sumatra, afectando a ambas.
Unos 25 minutos después, una ola gigante sorprendió a cientos de personas en las plazas y dañó casas, hoteles y embarcaciones, principalmente en la provincia de Banten, en el norte de Java, según la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB).
Pandeglang, en Banten, ha sido el distrito más afectado y al encontrarse a unos 100 kilómetros al norte de la capital, Yakarta, sirve como escapada de fin de semana para sus residentes.
La ausencia de un fuerte terremoto, fenómeno que sirve para activar el sistema de alarmas ante un posible tsunami, dejó silenciadas las sirenas mientras se aproximaban las olas gigantes.
De momento, todas las víctimas mortales son indonesios, aunque el número de fallecidos puede aumentar en las próximas horas conforme avanzan los equipos de rescate.
Según el Ministerio de Exteriores español, la Embajada de España en Yakarta ha informado que no tiene constancia de españoles fallecidos en el desastre.
Médicos sin Fronteras, que se encontraba en la región, ya está prestando ayuda a los servicios de salud locales, mientras que la ONU ha ofrecido ayuda humanitaria y logística, principalmente para instalar cocinas móviles y transporte.
El Anak Krakatau, que significa en indonesio el «hijo de Krakatoa» y mide unos 300 metros, ha estado en erupción desde el pasado junio.
Con un cráter lateral y asentado en una isla cónica, se formó a raíz de la explosión del legendario Krakatoa, cuya caldera quedó derruida en 1883 tras una serie de masivas explosiones que costó la vida de más de 36.000 personas y cuyos efectos se sintieron alrededor del mundo durante semanas.
Según los registros históricos, la explosiones fueron tan violentas que se escucharon a 5.000 kilómetros de distancia y la ceniza llegó a los 80 kilómetros de altura.
Indonesia se asienta sobre el «Anillo de Fuego del Pacífico», una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida cada año por unos 7.000 temblores, la mayoría moderados.
Entre los pasados julio y agosto, varios seísmos causaron 564 muertos en la isla de Lombok, cercana a Bali, mientras que un terremoto seguido de un tsunami provocó más de 2.000 fallecidos en la isla de Célebes en septiembre.
El tsunami en Sonda ocurrió cuatro días previos al aniversario del tsunami del océano Índico que golpeó el norte de Sumatra, y otros 14 países, el 26 de diciembre de 2004, dejando 226.500 muertos y desaparecidos, la mayor parte en Indonesia.